Este Búho siempre tiene presente el dicho: ‘nunca escupas al cielo, que te puede caer en la cara’. El mismísimo Marcelo Odebrecht, expresidente de la mayor constructora de Brasil, declara ante la justicia estadounidense que, dentro de su multimillonaria red de coimas y sobornos a funcionarios de gobiernos en buena parte del mundo, pagaron ‘cutras’ de ¡¡29 millones de dólares!! en el Perú, entre los años 2005 y 2014, para la construcción de obras públicas de gran escala.
Gracias a estas ‘aceitadas’, la empresa Odebrecht ganó jugosas licitaciones. Esta revelación es gravísima y tuvo el efecto de una bomba atómica en los círculos políticos y periodísticos del país. ¿Hasta dónde se extendieron los tentáculos verdes de la gran constructora brasileña? No estamos hablando de almuercitos, ‘publicidades’, colaboraciones para campañas, viajecitos a paraísos turísticos o sobres con algunos miles de ‘coquitos’.
Se trata de ¡29 millones de dólares! en sobornos al más alto nivel, incluido el gubernamental, según confiesa el encarcelado empresario. Este añade que veinte millones se desembolsaron entre el último año del gobierno de Alejandro Toledo y todo el gobierno de Alan García. Sí, a quien la empresa brasileña le regaló en tono ‘fariseo’ un Cristo gigante que Alan inauguró con pompa y cohetes en el Morro Solar, a finales de su mandato. Esa imitación del Cristo de Corcovado ahora puede llevar a la crucifixión a muchos. Otros nueve millones sucios se entregaron en el gobierno de Ollanta Humala.
Un analista socarrón sentenció: ‘durante el nacionalismo ‘chaparon’ menos’. Exactamente, el Perú tuvo tres gobiernos que estarían implicados según las fechas de las supuestas coimas reveladas por el constructor brasileño: Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016). Si algún político importante de estos gobiernos hubiera tenido ‘contactos’ oscuros con Odebrecht, hoy debe estar pasando la peor Navidad de su vida.
Porque el caso está también en manos de la justicia norteamericana, pues muchos de los millones lavados o desviados para pagar sobornos, terminaron o estuvieron en tránsito por bancos de dicho país. Por esta razón, los fiscales brasileños -a sabiendas que la justicia de su país puede sucumbir ante el poder político de los investigados- han involucrado a la justicia de los Estados Unidos en el caso de estos ‘peces gordos’, como Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años de cárcel en Brasil, pero dispuesto a cantar más que Juan Gabriel, con tal de que no lo extraditen a Estados Unidos.
Los funcionarios gringos se quedaron con la boca abierta al escuchar que pagó sobornos por la suma de ¡¡788 millones de dólares!! por obras en Angola, Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Colombia, Guatemala, México, Panamá, República Dominicana, Mozambique y Perú, entre otros.
Las declaraciones del brasileño, que está en manos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, deben hacer temblar a muchos funcionarios y políticos involucrados en el tema. Según el expresidente de la empresa Odebrecht, ‘se pagaban sobornos a algunos funcionarios públicos a través de la compañía de propiedad de un intermediario, que tenía relación con el funcionario del Gobierno’.
Pero aquí viene lo más bravo: En el 2008 (durante el gobierno de Alan García), Odebrecht licita un contrato de transporte en Perú, con el fin de lograr que el comité correspondiente de la empresa lo asegure, y se acordó pagar 1.4 millones de dólares a un alto funcionario de Gobierno y miembros del comité de licitación del proyecto. ‘En el 2009, ganamos el contrato por 400 millones de dólares y pagamos los sobornos con fondos no recortados de la división de operaciones no estructuradas’.
Ojo, no solo en estos sobornos están involucrados funcionarios o autoridades del Ejecutivo, hay obras del ‘monstruo’ brasileño para gobiernos regionales y municipios, y en varias corrió mucho, muchísimo ‘aceite’. Este Búho cree que algunos congresistas, que se le fueron encima al exministro de Educación por la compra de computadoras gritando ‘¡corrupción!’, que ahora no hagan la de Shakira (‘sordos, ciegos y mudos’) y sean más bien los primeros en repotenciar la comisión ‘Lava Jato’, porque esta denuncia le hace recordar al país la frase del programa infantil de María Pía y Timoteo: ¡¡hay una coima de la refurinfunflay!! Apago el televisor.