FARC: la guerrilla colombiana y su historia revisada por 'El Búho'

Este Búho no puede dejar de comentar la gran sorpresa del año: El triunfo del NO al ‘Acuerdo de paz’ del gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC. Un acuerdo que debía poner fin a ¡¡52 años!! de una alucinante guerrilla izquierdista, que dejó ocho millones de víctimas. Tal vez por esta razón el presidente Rafael Santos se jugó el todo por el todo para sacar adelante este pacto. Increíblemente, contó con el apoyo de la mayoría de las mentes más inteligentes del planeta. 

Políticos de izquierda y de derecha apoyaron la iniciativa que iba a poner fin a décadas de lucha fratricida e irracional causada por los subversivos que, hay que recalcarlo, tenían a un interlocutor impresentable en la figura de Rodrigo Londoño Echeverri, ‘Timoleón Jiménez’ o ‘Timochenko’. Ese grupo terrorista es tristemente célebre por ejecutar secuestros que duraban años y que terminaban con plagiadas embarazadas por sus propios captores. 

¿Podía haber algo más cruel que eso? Ninguna encuesta daba ganador al NO. Todas mostraban una cómoda ventaja del SÍ. Tanto que el presidente Santos no tenía necesidad de convocar a un referéndum, pero lo hizo para reforzar su posición. Ni el mandatario ni sus aliados internacionales calibraron el nivel de repudio de la población, sobre todo en las zonas donde la guerrilla ejecutó sus más crueles incursiones. 

Se unificaron con el NO las regiones más prósperas y de mayor densidad demográfica, como Medellín, Manizales y Bogotá, donde la guerrilla secuestraba empresarios, políticos y militares. Así como en Perú, donde los del MRTA secuestraban y depositaban en las tristemente célebres ‘cárceles del pueblo’ a empresarios como Héctor Delgado Parker. Increíblemente, los encabezados por ‘Timochenko’, el Cerpa Cartolini de ese país, se pusieron soberbios. Negaron tener depósitos de explosivos y cuando se les exigió que declaren sus bienes materiales, dijeron que no tenían nada, que estaban misios.

Esas actitudes dejaban muy malparados a los promotores que buscaban hacer la paz con tipos que se querían pasar de pillos. Solo cuando empezaron a comprender que el pueblo los repudiaba, los mismos guerrilleros, un día antes del plebiscito, ‘devolvieron’ 600 kilos de explosivos y prometieron que iban a declarar ‘sus propiedades’. Demasiado tarde. 

El prestigioso diario ‘El País’ de España, editorializó así el voto de los colombianos: ‘En un mundo de locuras sin fronteras, Colombia optaba por dar un salto al vacío o ser ejemplo para el planeta. Ganó la primera opción. La pésima imagen de la guerrilla ha sido determinante para la votación’. No creo que Colombia haya dado un salto al vacío. El voto por el NO fue una respuesta a una organización terrorista criminal. Se decían ‘hermanos’ del MRTA. 

Claro, hermanos mayores, ellos les enseñaron la inhumana industria del secuestro, la que daba ‘jugosas’ ganancias. Las FARC no dudaron en aliarse con los narcotraficantes del mismo modo que lo hacía Sendero Luminoso en el Alto Huallaga. La guerrilla colombiana tomaba por asalto instituciones del Estado, como el Palacio de Justicia, donde murieron más de cien personas y casi toda la Corte Suprema de ese país, solo para que se incineraran los expedientes de los extraditables Pablo Escobar y sus socios del ‘Cártel de Medellín’. 

La ciudadanía bien informada de la capital y las principales urbes votaron por el NO. ¿Ustedes creen que si en Perú se acepta el pedido para dar amnistía a Abimael Guzmán y todos los terroristas de Sendero y el MRTA, van a ganar en un referéndum? Jamás. El derrotado Santos asegura que seguirá buscando la paz. Hay que mirar el lado bueno de esta votación. Colombia busca la paz, pero una paz que venga acompañada de justicia. 

Asesinos psicópatas, como ‘Timochenko’, no pueden vestirse de blanco y ponerse piel de oveja cuando son tremendos lobos. ¿Usted le cree a Abimael Guzmán, Víctor Polay, Peter Cárdenas? Este Búho, no. Que los culpables de crímenes terribles en Colombia se entreguen, acepten sus culpas y que cumplan lo que la justicia determine. La paz con cementerio no es paz. Apago el televisor.