El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante. (Foto: Getty Images)
El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante. (Foto: Getty Images)

Este Búho tiene entre sus escritores favoritos al cubano (Gibara 1929-Londres 2005), a quien leí por primera vez en los años ochenta, en San Marcos. La novela hoy es un clásico: ‘Tres tristes tigres’ (1967), ganadora del premio ‘Biblioteca Breve’ de Seix Barral. Y es en la noche donde transcurre todo, en el litoral, autos sin techo, jóvenes galanes cubanos. Todo un mosaico donde hay más de ‘tres tristes tigres’.

LEE TAMBIÉN: El novelón de Mario Vargas Llosa

Cabrera juega con las palabras, inventa términos y se entretiene con la prosa, una prosa veloz y filuda, prosa tropical, divertida. Junto a refranes populares, letras de canciones, ironías, doble sentido de autores que, si logras entenderlos, te mueres o matas de risa. En fin, un libro escrito por un hombre al que le fue prohibido volver a lo que más quería: La Habana, su Cuba.

También tenía la intención de darle un golpe solapa al dictador cubano: un extraordinario testimonio de la noche habanera y de todo lo que se perdió en la isla después de la revolución. ¿Por qué un hijo de comunistas que estuvo detenido en una de las mazmorras del dictador Fulgencio Batista, terminó repudiando al régimen de Fidel? La verdad solo la pudimos saber cuando su fiel esposa, la actriz Miriam Gómez, decidió publicar un libro póstumo sobre los escritos dejados por su marido, entre los cuales cuenta el maltrato y la ignominia que le propinaron cuando llegó a La Habana procedente de Bélgica, donde era agregado cultural en 1965 y después no lo dejaban regresar a Europa sin decirle por qué.

LEE TAMBIÉN: El Búho toma el pulso a la calle

El libro se llamó ‘Mapa dibujado por un espía’ (2013). Desde el inicio narra cronológicamente y al detalle todo lo que le ocurrió desde que recibió en Bruselas la noticia de la muerte de su madre Zoila, hasta el momento que se despide de La Habana, de la que nunca imaginó que sería para siempre. Lo que sucedió después es que le cayó un tsunami de humillaciones que le hicieron ver que la revolución se convertía en un vergonzoso culto a la personalidad de Fidel y al autoritarismo brutal y salvaje.

El libro lo escribió como si viviera esos desesperantes cuatro meses en que se definía su destino en La Habana. Iba todos los días al Ministerio de Relaciones Exteriores y nadie le daba razón de su futuro. Recorre la capital de noche, sus cines, boites, bailarines, cantantes. Se vuelve mujeriego, enalteciendo el estoicismo de su esposa, la actriz Miriam Gomez, que publicó el libro sin suprimir el relato de sus infidelidades. Incluso, se hizo de una amante, Silvia, quien lo apoyaba en su calvario.

LEE TAMBIÉN: Maratón de ‘Narcos’ en Netflix

Todavía no había sucedido el escándalo con el poeta Heriberto Padilla, pero Cabrera ya escribe sobre las humillaciones al inmenso y venerado poeta Nicolás Guillén. Pedía ayuda a sus amigos escritores, pero ya ni ellos eran los mismos, como el propio país. Lo rehuían o lo traicionaban. Un chisme, una mentira, podían acabar con la libertad o la vida de alguien.

Su esposa Miriam contaba que en el gélido exilio en Londres, su esposo se ponía a escribir. Se sacaba las medias, el pantalón, la camisa, el saco, hasta la ropa interior y escribía frenéticamente. Esa desnudez física representaba la desnudez de su testimonio sin ropajes, descarnado, estremecedor. Guardó los escritos en un sobre cerrado y le hizo prometer a su pareja a que no los leyera. A su muerte, ella le entregó el manuscrito al editor Toni Munné, quien lo leyó asombrado.

La esposa decidió que ese texto inédito, sin censuras, debía formar parte de la bibliografía del novelista. Parte de su calvario terminó a los cuatro meses, gracias a Carlos Rafael Rodríguez, comunista amigo de su padre, y pudo salir de Cuba con sus hijas rumbo a España y al exilio definitivo. Nunca más volvería a ver su amada isla. En una coincidencia macabra, el dictador derechista Francisco Franco, en España, coincidió con el escritor ‘comunista’ y lo expulsó por ‘obsceno’, y volvió a ser un paria sin patria. Pero Inglaterra lo acogió gracias a la intervención de amigos como Mario Vargas Llosa y después se le otorgó la ciudadanía inglesa.

En 1999 recibió el premio Cervantes de literatura, el más prestigioso de habla española. Increíblemente las noticias de este galardón y su posterior muerte fueron ignoradas por los medios cubanos. Apago el televisor.

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC