Este Búho ve con vergüenza ajena el papel del gobierno brasileño que da refugio a una prófuga de la justicia como Nadine Heredia. Porque eso es la ex primera dama. Una condenada a 15 años de prisión por lavado de activos que decidió escapar.

A su esposo, el expresidente Ollanta Humala, también le dieron la misma pena. A los dos se les acusa de haber recibido fondos ilícitos del chavismo y de Odebrecht. Nadine no soportó la idea de estar encerrada y solicitó asilo al régimen del socialista Lula Da Silva, argumentando que es una perseguida política, pero nada más alejado de la realidad.

El proceso judicial contra la pareja presidencial tiene años y comenzó antes del gobierno de Dina Boluarte. Lula seguramente se identifica con Nadine y Ollanta, pues pasó 580 días en la cárcel tras ser condenado por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero por el caso Lava Jato, en el que la corrupta constructora brasileña Odebrecht fue protagonista.

Sin embargo, en una decisión escandalosa, la justicia brasileña le revocó las condenas en noviembre del 2019 para que pueda participar en las elecciones. Odebrecht involucró en millonarios sobornos a las más altas autoridades políticas (incluidos presidentes de la República, ministros, congresistas, gobernadores, alcaldes) y funcionarios públicos de doce países, diez de América Latina y dos africanos.

En el Perú, para nuestra vergüenza, no hubo solo un presidente involucrado, sino varios. Hay dos presos: Alejandro Toledo y Humala. Uno que se suicidó: Alan García, y otro investigado en libertad: PPK. Y eso que no hablamos de Susana Villarán, quien es tratada con guantes de seda y ha admitido que recibió millones para la campaña del NO.

Este escándalo político de proporciones siderales era ideal para la producción de una serie de televisión de Netflix. Sobre todo por la forma como se descubrió, con una tenaz pareja de policías, el malo, un astuto lavador de dinero y una gasolinera con ‘car wash’ (‘Lava Jato’, en portugués) de Curitiba como pantalla.

Con esos insumos, Netflix lanzó la serie ‘El mecanismo’, thriller bajo la dirección del notable realizador de cine José Padilha, responsable de filmes tan sólidos como ‘Tropa de élite’ y la superlativa serie ‘Narcos’ para la plataforma de streaming. Esta historia, que se inició en el 2014, escandalizó a todo Brasil, pero luego cuando Marcelo Odebrecht vio que los Estados Unidos planeaba pedir su extradición por lavado de dinero sucio, el capo de la constructora cantó más alto que Pavarotti y reconoció que pagaron millones de dólares en coimas a las más altas autoridades en varios países del orbe.

 Él se salvó, pero arrastró a una pléyade internacional de funcionarios corruptos que se disponían a gastar los millones de sobornos, como el ‘Cholo’ Toledo, quien vía su octogenaria suegra había comprado una residencia en Monterrico y dos oficinas de lujo en Camacho por varios millones de dólares. El escándalo de Ecoteva fue anterior a Lava Jato, pero al final solo eran las caras de una misma moneda lanzada al aire por un expresidente tramposo y falso.

En el inicio de la serie de Netflix, los dos agentes de la Policía se proponen acabar con un astuto y cazurro ‘empresario’ Roberto Ibrahim (Alberto Youssef, en la vida real), que es en realidad un lavador de dinero sucio de los narcos. Opera a través de un grifo donde también lavan vehículos. Tanto dinero, tantos millones, no pueden provenir de la plata de narcos de poca monta. Pero su descubrimiento más increíble es que Ibrahim se codea con ministros, los más altos funcionarios de la empresa petrolera Petrobras.

Al inicio de la serie se ve una escena alucinante. Ibrahim está en el local de campaña del ‘Partido de los Operarios’ (Partido de los Trabajadores) y le pregunta a una mujer: ‘¿Con 500 mil reales será suficiente para esta semana?‘. La dama le responde: ‘No, son 600 mil, mi amor. Y son para ahora’. O sea, era también el financista. ‘Los personajes, situaciones y otros elementos fueron adaptados para su efecto dramático’, nos advierten. Pero todos podemos darnos cuenta de quién es quién en la serie: ‘Samuel Themes’ es el expresidente Michel Temer.

La empresa Petrobras, clave en este entramado de corrupción, es ‘Petrobrasil’. ‘Constructora OSA’ es la cutrera OAS. La poderosa ‘Miller&Brecht’ no es otra que la siniestra Odebrecht y ‘Ricardo Brecht’ no es otro que Marcelo Odebrecht. También desfilan por la serie otros personajes poderosos de la política brasileña, como la gordita presidenta Janete Ruscov, que no es otra que Dilma Rousseff.

Luego de la culminación de la primera temporada, le preguntaron al director José Padilha cuántas temporadas tenía planeadas, a lo que el cineasta respondió: “Mi intención es terminar esto cuando se acabe la corrupción, así que va para largo”. Hasta el expresidente peruano PPK, chamuscado por su vinculación con Odebrecht, dijo en una entrevista que le gustaría que Netflix haga una serie sobre el escándalo de Lava Jato en el Perú y quiere que Salvador del Solar haga su personaje. Apago el televisor.

TE PUEDE INTERESAR

tags relacionadas

Contenido sugerido

Contenido GEC