Este Búho revisa las páginas web de algunos diarios latinoamericanos y destaca una noticia que figura en las pantallas: Demi Moore asombrada al visitar las ruinas de Machu Picchu. Los peruanos debemos sentirnos orgullosos de que, en medio de tantas malas noticias, se hable de nuestro país por esta maravilla de los incas que cada año atrae a más turistas de todas partes del mundo.
El año pasado, en un viaje de regreso al Perú desde Europa, conversé con dos guapas israelíes que, para felicidad mía, se sentaron a mi costado. Durante más de 13 horas del largo vuelo pudimos conversar de todo, pero me interesó conocer por qué habían escogido la ‘ciudadela inca’ de Machu Picchu en sus vacaciones universitarias.
Estaban emocionadas y me dijeron que habían tenido que hacer la reserva seis meses antes para agarrar cupo. Me sorprendió un poco, pero les vaticiné que iba a ser el mejor viaje de sus vidas. Les conté de los diferentes mitos que aún existen alrededor de la mágica ciudadela de Machu Picchu. Los historiadores serios sostenían que fue el inca Pachacútec quien inició su construcción entre 1450 y 1480.
Hace unos años, en un reportaje de Mávila Huertas, el Perú pudo enterarse de que fue este inca quien salvó al Cusco de la invasión de los aguerridos chancas. Ellos llegaron desde Ayacucho hasta la misma ciudad imperial, pero fueron sangrientamente rechazados por Pachacútec. Después sometió a los coyas y, luego de que le juraron sumisión, dejó como gobernador a uno de sus vástagos.
Ya cansado de derramar tanta sangre, Pachacútec encomendó a su hijo extender el imperio hacia el norte. Él se quedó en el Cusco para reconstruir la ciudad. Los historiadores aseguran que fue un brillante urbanista, pero tuvo una visión fundamental, edificar una ciudadela para que fuera un lugar de descanso sagrado.
El Inca había decidido que su etnia debía adorar a una divinidad superior y esa fue el dios Sol. Escogió las alturas del río Vilcanota, en una cima donde no solo instaló un calendario solar (el Intihuatana), sino que hizo réplicas de la propia ciudad del Cusco.
No era una ciudad, sino un centro ceremonial donde habitaban sacerdotes y servidores que cuidaban la fortaleza cuando el Inca no la visitaba. Por eso, cuando el estadounidense Hiram Bingham llegó a Machu Picchu, encontró miles de piezas arqueológicas, entre ellas objetos ceremoniales y funerarios, y se los llevó a la Universidad de Yale. Felizmente ya están nuevamente en el Cusco.
El gran público por fin tuvo una visión científica del origen de esta maravilla del mundo. Pues el desconocimiento, la ignorancia y hasta la malvada intencionalidad de menospreciar a nuestros ancestros, lanzaron teorías alucinantes sobre su construcción. Se dijo que era imposible trasladar esos gigantescos bloques de piedra hasta la cima, porque los incas no conocían la rueda.
Y lanzaron la delirante tesis de que ‘fueron los extraterrestres’ quienes erigieron la ciudadela de Machu Picchu. Lo mismo afirmaron de las pirámides de Egipto. Hoy se sabe que el sueño de Pachacútec se construyó en una meseta, donde había una cantera de piedras batolito de Vilcabamba. De allí sacaban las rocas para la construcción y se edificó de arriba hacia abajo.
Hicieron dos complejos, el sagrado, dividido por una muralla; y el mundano, en una réplica de la propia ciudad del Cusco. Lo cierto es que Machu Picchu está considerada como una de las ‘Siete maravillas del mundo moderno’. Es visitada por millones de turistas de todo el planeta, y muchos famosos la han conocido, pero de incógnito. En los últimos años, algunos publicitan sus visitas.
Aquí la lista de sus últimos ilustres turistas: El hombre más rico del mundo, Bill Gates, Leonardo DiCaprio y Giselle Bündchen, Adrien Brody (de ‘El pianista’ y ‘King Kong’), Cameron Diaz y Lucy Liu (de ‘Los ángeles de Charlie’). Richard Gere, Susan Sarandon, Woody Harrelson, Owen Wilson y Jim ‘La máscara’ Carrey, Mick Jagger, Kate Perry, Sarah Jessica Parker, Cindy Crawford, Antonio Banderas, Zac Efron, Alejandra Guzmán y Gloria Trevi. También Liam Payne y Harry Styles de la afamada banda inglesa One Direction; así como Bono, líder de la banda U2, y otros más. En el caso de Demi Moore, dicen que tanta fue su emoción que hasta consideró realizar uno de sus famosos ‘striptease’. Apago el televisor.