Este Búho reitera que el principal problema que tienen los peruanos es la terrible inseguridad ciudadana que no nos deja vivir en paz. La presidenta Dina Boluarte debe asumir la dirección política de esta difícil cruzada. No puede ser posible que en en un distrito próspero como Lince el crimen organizado asesine mujeres, haga detonar granadas y ella haga oídos sordos y pida permiso para irse de ‘gira’ a Europa, para ‘conocer al papa Francisco’. Como una canción de Charly García, Dina desafina el tiempo y el compás e imprime un condenable tinte de frivolidad y hasta irresponsabilidad a su alto cargo. Con respecto al combate a la criminalidad, este columnista sostiene que se debe conformar un equipo especial de inteligencia para enfrentarla, como el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) en la época de Sendero Luminoso para enfrentar y derrotar al terrorismo.
Hoy la ciudadanía tiene otro enemigo que también causa el terror y amenaza las vidas y las economías de los peruanos: la criminalidad común. Son miles de ciudadanos que han cerrado sus negocios, emprendimientos forjados con arduo trabajo y han migrado al extranjero para no volver por culpa de los malditos extorsionadores, por los asesinatos a ciudadanos que no pagaron cupos, de trabajadoras sexuales que no quieren seguir esclavizadas por las mafias de los venezolanos del ‘Tren de Aragua’, por las granadas que lanzan a locales públicos. Todo esto ya no puede tipificarse como simples ‘delitos comunes’. Esto ya es ‘terrorismo urbano’ puro y duro. Y como tal, estas lacras deben ser combatidas por el Estado con un comando especial dedicado única y exclusivamente a desbaratarlas, que investigue, infiltre y las destruya.
La Policía no puede seguir recogiendo cadáveres que riegan los homicidas, pues deben estar un paso adelante. Por otro lado, no puede ser posible que los cabecillas venezolanos de ‘Los Hijos de Dios’, facción del ‘Tren de Aragua’, conocidos como ‘Los mellizos’, responsables del asesinato de una meretriz llanera hace una semana en Lince y el lanzamiento de una granada en la puerta de un hotel en la misma zona, hayan sido detenidos en un yate con armas y droga el año pasado, y los hayan puesto en libertad. No es el primer caso en que el Ministerio Público actúa como el doctor Jekyll y el señor Hyde. Por un lado, a los peligrosos delincuentes detenidos en flagrancia los libera y en otros casos menos peligrosos dictan prisiones preventivas como cancha. Hace años alcaldes, Policía, Ministerio Público y Poder Judicial inauguraron ‘módulos de flagrancia’, para que los detenidos in fraganti sean procesados inmediatamente al ser capturados. Con esto se evitan los encontronazos entre la Policía que elabora la investigación del delito y el fiscal que está totalmente desligado del hecho criminal, y en vez de preocuparse porque el malhechor se vaya preso preventivamente, pone trabas a la Policía y si se demoran unos segundos dejan en libertad a peligrosos criminales. Como sucedió con la fiscal que dejó en libertad a los cómplices de ‘Maldito Cris’ y estos huyeron del país. Urge que la Policía y la Fiscalía, ante la situación de emergencia y la ola de inseguridad ciudadana, trabajen en conjunto, las 24 horas, poniendo a funcionar esos módulos que con bombos y platillos se inauguraron en La Victoria o Lima Norte y así evitar que después de 48 horas suelten a asesinos porque la Fiscalía no coordinó o ‘no le pareció’ el informe policial. Aquí juega también el dinero sucio de la criminalidad que ‘aceita’ a malos fiscales y jueces, y el amedrentamiento de las mafias. Apago el televisor.