Este Búho se sorprende de que muy pocos peruanos, a pesar de estar enganchados al Facebook, sepan que en las próximas horas su creador, el jovencito de la Universidad de Harvard y hoy archimillonario Mark Zuckerberg, llegará a Lima a propósito de las reuniones de la Cumbre APEC.
Personaje controvertido. ¿Cómo un verdadero nerd, marginado de los círculos de élite juvenil de la famosa universidad norteamericana, pudo -según la leyenda- ‘almorzarse’ a dos hermanos millonarios, Tyler y Cameron Winklevoss? Ellos eran campeones de remo y líderes de una fraternidad universitaria, y aseguran que le pidieron que los ayude a fundar una red social para entrelazar a los estudiantes de Harvard, pero este ‘les robó la idea’. O la traición a su amigo del alma, el hijo de un millonario brasileño y compañero de universidad, Eduardo Saverin, quien puso toda la plata para iniciar ese megaproyecto y después lo botó como a un perro.
El asunto es que Zuckerberg se quedó con Facebook. Pero gracias al filme del brillante David Fincher (‘Pecados capitales’, ‘El club de la pelea’, ‘Zodiac’) se pudo conocer los entretelones de cómo se gestó este ‘monstruo’ desde sus inicios. En el presente, Zuckerberg ya es multimillonario y reconocido dueño de Facebook.
Pero en la película está sentado en una gran mesa. Él está solo, acompañado con una mujer joven, de mirada inteligente. Es su abogada. Frente a él hay varios abogados. Los de los hermanos Winklevoss y por otro, los de su viejo amigo Eduardo Saverin. Mark, interpretado por Jesse Eisenberg, está mortificado, pensaba que nunca más iba a ver a esas personas, ya no significaban nada en su vida, ahora que él es uno de los hombres más ricos del mundo con su genial invento que une a las personas en todo el planeta. Pero el flashback del director lo obligará a mirar y recordar el pasado.
Está forzado a ingresar al túnel del tiempo, porque los examigos que tiene al frente no solo piensan demandarlo para quitarle la mitad de su fortuna, sino que Eduardo, además de reclamar decenas de millones de dólares, también exige el derecho de aparecer como cofundador de Facebook, y eso es algo que Zuckerberg nunca estará dispuesto a aceptar. Así comienza ‘Red social’, que más que ser una película sobre los orígenes de la archiconocida y utilizada red social, es la historia de cómo los más sublimes y ambiciosos proyectos comunitarios que pueden tener los jóvenes, se ven socavados por la ambición desmedida, la arrogancia, la carencia de escrúpulos, la fría crueldad con que -según el guión- Mark sometió a todos aquellos que lo ayudaron en un momento determinado a parir a esa criatura, a ese tesoro llamado Facebook.
No vaciló en traicionar al mejor y más noble de sus amigos, Saverin, para expectorarlo del proyecto. Dicen que Madonna tuvo que abandonar a su amado novio y a su banda, porque su productor le dijo que les meta una patada en el trasero ‘para ser famosa’. Algo similar le pasó a Zuckerberg, quien al final tuvo que aceptar conciliar. Nunca se supo cuánto le pagó en reparaciones a los hermanos y a Saverin, pero se habló de decenas de millones de dólares. Pero lo que más le dolió es que a Saverin se le otorgó el título de cofundador de Facebook y se le cedió, además, el 7% de las acciones de la compañía. A partir de allí, el magnate ha dedicado su vida a contribuir y apoyar a fundaciones benéficas, de estudios científicos para exorcizar sus demonios. A ese hombre controvertido lo veremos paseando por Lima. Apago el televisor.