Del saque somos carnecita... Felicito a por el título. Porque hoy en el fútbol solo vale el resultado, sin importar si jugó bien o mal. Si me preguntan: ¿qué me pareció el campeonato? Un mamarracho de aquellos. Puntos que se ganaron en mesa, equipos sin piernas, refuerzos que vinieron a estafar y técnicos ‘pan baguette’, que son protagonistas porque cuentan con peloteros con oficio que les salvan la chamba.

No puedo olvidarme de un gerente incapaz, que gastó una millonada y se fue a la baja, además de administradores impresentables y sinvergüenzas. Y me cansaría de seguir enumerando los chistes que son más graciosos que los de ‘Melcochita’ y Kike Suero. Curuju...

Una final sin emociones, aburrida, fría y hasta parecía que era un partido de solteros ante casados, porque uno de ‘partidores’ contra ‘tramposos’ sacaría chispas. Con ese estilo, Mariano Soso y Francisco Lombardi no van a ganar un hincha más en la tribuna y en la cancha. En el segundo tiempo, todos metidos atrás, esperando un contragolpe o golpe de suerte, porque se quedaron con uno menos. El técnico cambia la forma para defender agarraditos de la mano y no exponer a su jefe que es el ‘Piqui’, quien es una puerta abierta con espacios y en el tú a tú.

Rexuxa... Está bien que festejen, que liquiden, que disfruten de sus vacaciones, pero yo estaría palteado porque con ese personal se les viene la noche en la Copa Libertadores. Hay que organizar un amistoso y a varios hay que darles sus ramos de flores como se acostumbra en Alemania. Que coreen sus nombres, los aplaudan y que se vayan a sus casas. Ifrán, Silva, Cazulo y Ramúa no hacen la mitad de uno. Se llevan medio presupuesto y son ‘pan con relleno’ con camote a nivel internacional. Me quito el sombrero por Aquino, que es un cerrojito con fútbol, Ballón que se metió un partidazo y es el más regular, Céspedes incansable por la banda izquierda, Abram cumplidor, la proyección de Chávez tanto como marcador o volante, la juventud de Rojas, Pacheco y Sandoval, quienes son chicos que crecerán con los partidos. Hay que apoyarlos con una buena estructura de afuera. ¿Y Penny? No lo quieren adentro. El caso de Lobita es singular. Creo que le queda un año a lo mucho.

Así es... El ‘Cabezón’ es desubicado al mango. Recibió su medalla y lo ignoró por completo a Edwin Oviedo, presidente de la Federación. Lo dejó con el saludo en la boca y la mano en el aire. Allí hay un roche que nace cuando el dirigente lo botó del Aurich, ya que hizo una pésima campaña. Encima de antipático, es rencoroso el ‘amigo’ de los periodistas. La verídica que le ves la cara, gestos, poses, movimientos y te dan ganas de apagar la televisión. Ojalá no vuelva a hacer cero puntos en la Copa. Plop... Me voy, soy fuga.

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