Del saque somos carnecita... Cómo quisiera empezar la columna emocionado por un triunfazo, pero estoy derrotado y la neta que ya voy resignado. El 0-0 ante Chile nos pone el ‘epitafio’ y solo queda contar los días para que acabe toda esta pesadilla y proceso. El 2025 será terrible y el 2026 seremos simplemente espectadores del Mundial por televisión. Las matemáticas dirán que todavía hay remotas esperanzas, pero con el fútbol y la terquedad de Jorge Fossati estamos eliminados hace rato.
Y para colmo, el VAR nos robó la sonrisa en el minuto 94. El ‘Monumental’ y cada rincón del Perú se dio contra la pared. Y sentimos dolor y frustración. Para mí, se acabó el sueño y ya no pienso hacerme bolas. Que vengan las demás fechas y que Dios nos ampare. Sí, señores...
Es jodido chancar, criticar, maletear o analizar, como usted prefiera, cuando tenemos una selección limitada, discreta, sin nombres ni renombres. No reprocho la garra, actitud, coraje, valentía, huevos ni temperamento; quizás en ese aspecto clasificaríamos directamente a cualquier evento. Así ganas un partido, por ahí dos, pero nada más. Chocando, empujando, trabando, corriendo sin desmayar, planchando con la cara, poniendo la piel y vida en cada dividida, no es suficiente. Menos con planteamientos tacaños.
El balón hay que meterlo al arco y eso lo consigues con colectivo, individualidades, inspiración, una genialidad, y carecemos de jugadores top. Y no va a ser...
En la previa leía la alineación y me daba escozor. Solo cerré mis ojos y recé para que todo vaya bien. Pero Dios qué culpa tiene de que nos dirija un anciano con chuletas en los ojos y no haya recambio generacional. Que en nuestras divisiones menores no hayan talentos ni pulan a las ‘joyas’. Es increíble que Oliver Sonne haya sido el mejor de la cancha. Un danés-peruano que vino y nadie daba un mango. Solo ha necesitado unos meses para acoplarse. Por inteligencia, personalidad y confianza se agranda en una batalla. Frío de fríos y juega a un toque, en primera. Y a los que empezaron en los terrales, en los conos, en los potreros, arenales, les quema la pelota. Se esconden y no se sueltan. Eso me hace volar. Así es...
Estoy palteado y con la bilis que se me remueve en el estómago
Ahorita estoy palteado y con la bilis que se me remueve en el estómago. No quiero mencionar al metálico del ‘Tigre’, tampoco el pobre nivel del equipo, ni mucho menos de lo que viene con Argentina. Necesito descansar, liberarme de la tensión y asimilar que ya todo está consumado. Esto no lo salva ni Guardiola, Mourinho, Klopp, Flick, ni un extraterrestre.
Es un problema de fondo. Vamos a estar en la lona, en un pozo interminable, mientras los ‘comentaristas-empresarios’, los ‘buques’ y buitres manejen el deporte que nos apasiona. También los dirigentes, gerentes y entrenador mochasueldos. Los cobradores de cupos en las reservas de los clubes y los tarjetazos. Mañana escribo más tranquilo porque hay harto material. Rexuxa... Me voy, soy fuga.
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