Del saque somos carnecita... La neta que nadie está para dar clases de fidelidad o infidelidad. La vida es muy cambiante y no hay que escupir al cielo. Hoy estás templado al mango y mañana te desenamoras porque se cruzó el amor de tu vida en el bus, en un restaurante, en el trabajo, en la disco, en el cine, parque o supermercado. Una relación es el día a día. Lo más importante es el respeto y la lealtad.
La mayoría de mujeres son pegadas a estas reglas. Esas son las decentes que no engañan y cuando se acaba el sentimiento te lo dicen a la cara o se sacrifican para mantener unida la familia.
También hay de las otras que su hobby es el engaño, la traición. Pero hay un nivel superior y es cuando atropellas a la sangre, al amigo, al compañero. Eso no tiene nombre. Esos perros y víboras no sirven para nada. A ese tipo de gente, el látigo del desprecio. Sí, señores...
Me pasan la voz que el ‘10 de la calle’, para olvidarse de la traición del ‘Chato que canta cumbia’, se apuntó con una muchacha del sur de Lima, amiga de la que ampayaron con ‘Cucurucho’. Pero nadie lo ha visto porque no le gusta pararse en las esquinas a brindar y menos subir el volumen del equipo de su carro y abrir las puertas. Él les envia un chofer para que las traslade. Asu mare...
Dizque ‘Choliño’ sigue dando vueltas por Jesús María. La chica que ronda ya pasó los 3 ‘cheques’ y no le pide nada, porque tiene quién la mantenga y además sabe que el hombre usa pantalones sin bolsillo, porque no le gusta sacar monedas. Invierte lo mínimo y renegando, es tacaño al rojo. Así es...
Así que el ‘Pipo’ solo prueba comida italiana. Sale de su depa en Miraflores, cruza la pista y se mete a un local donde la especialidad son las pastas. Aseguran que tiene miedo de meterse la ‘jama’ peruana por temor a que le muevan el estómago. Rexuxa...
‘El Chemo de los pobres’
Hay un run run que al ‘Chemo de los pobres’ le pica la mano para llamar a ‘El valor de la verdad’ y contar por qué se abrió de la cantante de cumbia que pasó de trampa a firme de un enano horrendo, como dice Beto ‘Tortis’. Ambos convivieron y franco, franco, le jugaba mal, pero no con peloteros sino con cantantes. Quéeeeeee... Me voy, soy fuga.
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