Del saque somos carnecita... La verdad, no me interesa si nunca hemos ganado en Santiago por Eliminatorias. Lo que deseo, con todo el alma, es que mi selección consiga los tres puntos ante Chile. Ya no estamos para ponernos en plan que debemos jugar bonito. Eso sería lo ideal, pero ya no nos queda margen de error. Necesitamos un gol de nuca, codo, potito, canilla, antebrazo o de lo que sea. Al guerrazo o chiripazo. La cosa es sumar en la tabla y seguir vivos rumbo al Mundial de Rusia 2018.
Yo no le voy a enseñar a jugar pelota a Gallese, Corzo, Ramos, Rodríguez, Trauco, Tapia, Lobatón, Ávila, Da Silva, Flores, Cueva, Ruidíaz y Guerrero. Imposible. Pero sí les digo, de corazón, que hay 30 millones de peruanos que quisieran darles una mano en cada ataque, en cada despeje, en cada carretilla, en cada cabezazo. Pero no pueden. Y eso es peor. Se sufre como mela. Por eso, ustedes son unos privilegiados. Solo les pido que dejen la vida y salgan con la cabeza levantada de esa cancha y ante esos malcriadazos que nos dejaron un cartelito cuando nos metieron 4-3 en el Nacional. Es hora de devolverles esa chiquita. No se vayan a olvidar. Eso sí, con plumón fosforescente y con letras mayúsculas pinten: “Por aquí pasó el papá, el inventor del pisco, la chalaca, chirimoya y el picarón. Copiones de mela”. Rexuxa...
Chile es favorito, pero jugará con una mochila llena de cemento mojado. De críticas y cuestionamientos. No la pasa bien y de eso hay que aprovecharnos. La cabecita será clave. El tiempo será el peor enemigo para ellos. Nosotros estamos más acostumbrados a la idea de quedarnos en el camino tempranamente. Ellos vienen de dos Copas del Mundo consecutivas y se comen el coco de solo pensar que se quedarían en el aire. Renato Tapia u otro achorado que le diga en el oído a Vidal, Alexis o Isla: ‘Te voy a eliminar en tu propia casa con...’.
Que los hagan volar, renegar, alguna frase que los saque de sus casillas. Esos pierden los papeles en una. Y no va a ser... Vuelvo a repetirlo, no nos pasemos de adrenalina, ni que se nos vaya la lancha, porque en la tribuna insultan o porque es el clásico del sur. Esas son idioteces. Cabeza fría y temperamento. No cometamos faltas en sectores intrascendentes. Vivos en la pelota parada y, cuando tengamos que cortar el juego cuando nos agarran malparados, no dudemos. Que sea con elegancia y último recurso. El fútbol es de palomillas, talentosos, genios, inteligentes y de hijos de su mamá. A mí no me vengan con que son unos aviones y no tienen freno de mano: ‘Que corra la pelota y no el jugador’, es un refrán callejero. Achiquemos los espacios para que hagan piques en la pista atlética. Ayayayayay...
Ya mucho floro, ahora a esperar para dar el golpe. Paolo, es tu noche. Sí, se puede... Me voy, soy fuga.