Del saque somos carnecita... La firme que esa juerguita de los ‘angelitos’ de La Vicky era cuestión de tiempo. A mí no me sorprende. Lo dije desde antes que sean anunciados como fichajes, esos tienen una pelea de gatos en la cabeza y no iba a pasar mucho para que hagan la del ‘Chavo’. En Matute sabían que juntaban el ron, el hielo y el limón, y lo que sí me sorprende es que todos llegaban con el aval del ‘Profesor’. El charrúa ha sido futbolista, palomilla y de sano no tiene nada. Cuando llegó de Uruguay, en su primera conferencia aseguró que no iba a dejar pasar un solo acto de indisciplina. Hummm...

En el fútbol actual, un club serio ya no ficha solo a un jugador por su juego, sino que googlean su vida privada, dónde vive, antecedentes y hasta si es adicto a la noche y otras provocaciones. Creo que en La Victoria se olvidaron de este punto tan importante y se dejaron llevar por armar un plantel con nombres. En Barcelona, Ronaldinho quedó de lado cuando después de hacerle seguimiento, la directiva se dio cuenta que sería una mala influencia para un naciente Messi que aparecía como estrella. Hace poco, Fluminense tenía pensado fichar al delantero que fue sacado de la selección Sub-23 por haber llegado ‘boleteado’ de Barranco Bar. Por esa indisciplina le bajaron el dedo y contrataron a ‘Mpaché’. Los refuerzos de Alianza ya empezaron a dar qué hablar, pero fuera de las canchas. Ayayayay...

Así que el ‘Rei’ está luchando para ir con la familia a Juliaca. Parece que la ‘patrona’ no está de acuerdo en viajar a esa zona, pero el hombre aceptó prometiéndole que en seis meses lo colocan en el extranjero. Ahora quiere estar con los suyos en la ciudad. Por el bien del muchacho, espero que la doña lo acompañe y tenga la cabecita tranquila. Así es...

Me avisan que un defensa con apellido de religiosa volvió a mirar por el aeropuerto ‘Jorge Chávez’. Aseguran que nuevamente insistió con la aeromoza de Los Dominicos y ella le ha pedido que deje de escribirle, porque a la próxima publica los mensajes que le envía por WhatsApp, donde solo recuerda los encuentros entre cuatro paredes. Curuju...

Me voy, soy fuga.

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