Del saque somos carnecita... Insisto hasta el cansancio, pero estamos octavos con 8 puntos en las Eliminatorias exclusivamente por culpa de Ricardo Gareca. Y por siaca, no es nada personal. Es la realidad. Todos los partidos se equivoca y ya estoy cansado de enumerar cada uno de sus errores. Lo saben los jugadores y la gente con alguna noción de fútbol. No tiene el nivel para dirigir a la selección. Han pasado 9 fechas y todavía no tiene el don de leer un partido. Ni antes ni durante de los compromisos. De solo verlo a la hora de cantar los himnos, te das cuenta que transmite miedo, inseguridad, nervios. Sí, señores...
Estoy seguro que con Advíncula, Ascues, Zambrano, Carrillo y Farfán y, con un buen entrenador, le hacemos el pare a cualquier selección de local o visita. Ustedes me dirán, pero si con ellos también perdíamos. Con Tapia, Trauco, Vílchez, Ruidíaz y otros chicos que han salido y dejan la vida, estos se ponen las pilas en una. Se necesita un técnico rankeado, trabajador, recontraminucioso, ‘zorro’, con carácter y directo. No uno que cuando le preguntan: ¿Cuál es la verdadera razón por la que no convoca a estos jugadores?, milonguea al pueblo. No dice nada. Yo respeto a los que van de frente. Así es...
Partido raro el del jueves en la noche. Un primer tiempo desastroso y un segundo, donde se mostró rebeldía, valentía y llevamos peligro. No analizo los primeros 45 minutos porque solo se salvan Trauco y Guerrero. Gallese no tuvo nada que hacer en los dos goles. No entiendo cómo nuestro técnico no se dio cuenta a los 20 minutos que Flores y Benavente se habían quedado en el hotel. Los dos son profesionales, buenos chicos, pero no funcionaron ni desbordando ni tapando las bandas. Le ancharon la cancha a Tapia y Yotún que, la verdad, solo jugaron para 5 puntos y no estuvieron como en otras jornadas. Imprecisos, no dieron salida limpia ni desdoblaron. Ellos mejoraron junto a Ramos cuando Alberto Rodríguez elevó su rendimiento. Rexuxa...
El zurdito Trauco, qué elegante, qué forajido con su técnica. No entierra la cabeza y donde pone el ojo, cae la pelota. Te marca y te quita el balón con la puntita del chimpún y sin meterte un tabazo. Parece que está fulbiteando en la pista de su barrio, en la sintética, en la losa, en el patio del colegio...
Lo de Corzo es conmovedor por su entrega. Plancha hasta con la cara. Pero no desnivela por su sector ni aparece como una sorpresa. Lo rescatable fue su reacción para recuperar las pelotas que perdió. Y no va a cher...
Cuevita es un chato que ama la camiseta, llora, se saca la mela, se muestra, pero le falta un plus. A cuentagotas nos regala gambetas o un lujo. Se prende y se apaga, no es constante. Aun así, es el único que con su habilidad puede desequilibrar en cualquier momento. La actuación de Paolo fue descomunal. Me enorgullece que los argentinos lo comparen con Luis Suárez y Gonzalo Higuaín. Que esto le sirva para que se dé cuenta que debe estar de cuña en el área porque son pocos los que la cubren y amortiguan en el aire como él. Como capitán, que lo destrabe al ‘Tigre’ y le diga que ponga otro delantero para que lo acompañe. Cuando va solo, pierde energías y físico peleando con los 4 defensas. Beto da Silva, sin hacer nada del otro mundo, le facilitó la tarea. Le abrió los espacios y una cosita más a Guerrero: sigue así, olvídate de quejarte de las patadas, de los árbitros. Haz lo tuyo y punto. En Chile, igual te van a ‘rascar’. Te van a querer sacar del partido. Te van a meter la mano. Tápales la boca con goles...
El chato Ruidíaz es una ladilla. Es supermovedizo. No tiene peso ni talla, pero lo compensa con su picardía, con su talento, con su olfato goleador. Con pocos minutos hace mucho más que otros porque siempre anda bien ubicado. No estuvo fino, pero le tengo fe. Yo lo pongo a ojos cerrados ante Chile. Ayayayayayay... Me voy, soy fuga.