La angustia y la incertidumbre se sigue apoderando de las familias de los marineros peruanos que naufragaron esta semana en el pesquero Villa de Pitanxo. A la desesperación de no tener noticias sobre el hallazgo de sus parejas, se suma la duda por saber si sus hijos tendrán el derecho a una reparación civil.
“Estamos preocupados porque, al no estar casados ni habernos inscrito como pareja de hecho, la aseguradora no responda y los niños queden desamparados”, señaló preocupada Marluz Esquivel, pareja del marinero Edwin Córdoba a la Voz de Galicia.
Con 4 hijos juntos, Marluz y Edwin ya tenían preparativos para casarse el próximo año.
“Queríamos que la benjamina (su hija) llevara los anillos ese día y teníamos muchos planes”, lamentó.
La mujer había llegado a Vigo (en la costa noroeste de España) en 2018 y trabajaba cuidando ancianos hasta que nació su primera hija. Por su lado, Edwin obtuvo la residencia en España por arraigo familiar en 2019.
“Ahora, al cumplir los tres años en España íbamos a tramitar los dos a la vez la doble nacionalidad y, con ello, también la obtenían nuestros hijos mayores, pero todos los planes se han ido al tacho”, continuó angustiada.
Sin embargo, ante la espera a tener más respuestas sobre su pareja, Marluz continúa trabajando para subsistir al día y mantener a sus hijos.
“Mi prioridad es gestionar el día a día de mis cuatros hijos y saber si puedo recuperar el cuerpo de mi marido, porque aún no sé si está en la lista de los cadáveres. Necesitamos velar el cuerpo de nuestros seres queridos”, reclamó.
Un reclamo colectivo
La presidenta de la asociación de madres latinas en Vigo, Luissi Motta, trasladó la preocupación de varias mujeres latinas con una situación similar a la que vive Marluz.
“Pedimos que se respeten los derechos de todas las familias, estén o no casadas las parejas y vivan o no en España, porque queremos que se protejan a los hijos. Somos trabajadores que pagamos nuestros impuestos y muchos hijos también han nacido aquí y son gallegos” reclamó esta peruana residente en Vigo por más de cuatro décadas.
“Nadie está yendo al Concello (administración de los municipios de España) ni a ningún sitio a pedir dinero y pedimos que se nos trate con el mismo respeto, con independencia de la nacionalidad”, sentenció.
Motta habló en nombre de otras familias como la del pescador William Arévalo.
“Sus dos hijos nacieron aquí, pero ahora ellos residen en Perú y él les mandaba allá su dinero. Queremos que se proteja a estos niños también, porque la incertidumbre es terrible y todas las familias están desesperadas, no duermen desde que pasó la tragedia y necesitan que les devuelvan a sus seres queridos”, advirtió.
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