Olly Stephens tuvo que ser asesinado para que sus padres se percataran del mundo peligroso y violento al que estaba sometido su hijo a través de las redes sociales. A este menor de 13 años lo captaron por Snapchat y lo mataron a puñaladas cerca de su casa en el Reino Unido.
A pesar de que el hecho sucedió en enero del año pasado, recientemente salieron a la luz conversaciones del grupo de delincuentes que planificaron el asesinato por redes sociales, quienes captaron a una joven de 14 años para que lo contactara, señala The Mirror.
“Estoy tan emocionada” había dicho esta adolescente un día antes de que Olly saliera de su casa en Emming Green, con dirección a los campos de Bugs Bottom, donde fue esperado por sus asesinos.
“Por cierto, prepararé a Olly mañana”, señala otro mensaje de la joven, quien inmediatamente agregó que “(uno de los chicos) solo quiere que me organice, así que él irá y lo golpeará y la mier... Estoy tan emocionada, no lo entiendes”.
Cazado a través de las Redes Sociales
Previamente al asesinato, uno de los chicos, cuyo nombre no ha sido revelado, le dijo a Olly que “tienes veneno en el corazón. Olly, vas a morir mañana”. Aparentemente, el joven no advirtió de las amenazas.
“Lo cazaron, lo rastrearon y lo ejecutaron a través de las redes sociales. Las redes sociales no son culpables del asesinato, pero no hicieron nada para protegerlo”, lamentó durante una entrevista con la BBC, Stuart Stephens, padre de Olly.
“Sin eso, todavía estaría aquí”, agregó. Olly también había sido diagnosticado con autismo y su padre dijo que siempre “‘defendería a los desvalidos’”.
El hombre describió a su hijo como alguien que “confiaba demasiado en la gente, era parte de su carácter, era parte de su autismo, era por eso que lo amábamos”.
“No conocía la sensación de peligro, se defendió en una confrontación y no pudo retroceder, pero fue amable y amoroso”, agrega.
Un asesinato premeditado
Al menos 200 oficiales de la policía fueron necesarios para investigar el asesinato de Olly. El tribunal de la Corona declaró como culpables de asesinato a los dos jóvenes en septiembre del año pasado.
El más joven de ellos, de 14 años, fue declarado culpable de asesinato y sentenciado a un mínimo de 13 años de prisión. Su cómplice también fue inculpado y la justicia también le agregó dos cargos de pervertir el curso de la justicia, por borrar aplicaciones de su teléfono y deshacerse de la ropa del ataque.
Recibió una condena mínima de 12 años de prisión.
Por otro lado, la joven que actuó para para captar a Olly fue sentenciada por admitió homicidio involuntario y perversión del curso de la justicia, por lo que ordenaron su internamiento en una institución para delincuentes juveniles por cinco años.