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Patrick Stuebing, de 44 años, tiene cuatro hijos con su hermana Susan Karolewski (37) y ahora reclama porque las leyes contra el incesto en Alemania prohíben su relación. Los juicios en contra de Patrick lo han sumergido en una batalla legal interminable y que haya ido a la cárcel en una ocasión.

Este hombre, con domicilio en Leipzig, conoció recién a los 22 años a Susan porque estuvo alejado de su familia biológica debido a que fue dado en adopción de niño luego que su padre lo atacara con un cuchillo, relata el diario .

Se mudó a casa de su madre y compartió la misma habitación con su hermana, pero solo hasta que falleció su madre -seis meses después- comenzaron una relación sentimental. Él tenía 22 y ella solo 15 años.

“Ambos nos quedamos despiertos hasta altas horas de la noche para hablar entre nosotros sobre nuestras esperanzas y sueños”, rememora Patrick de aquellos años.

Ambos provienen de un hogar disfuncional marcado por la violencia del padre que falleció y con una madre fumadora empedernida que andaba usualmente desempleada.

Cuando la madre falleció, Patrick quedó a cargo del hogar y la relación se fortaleció.

“Ella es muy sensible, pero nos ayudamos mutuamente durante este período tan difícil y, finalmente, esa relación se volvió física”, recordó.

En 2001, Susan ya de 16 años dio a luz a un niño, Erik, que padece de diversas discapacidades. Su otra hija, Sarah, nació en 2003 también con discapacidades similares a la de su hermano. En 2004 nació Nancy y, un año después, Sophia.

Las condenas por incesto

En 2002, la pareja fue juzgada por primera vez por incesto. En el tribunal de distrito de Leipzig revelaron que entre enero y agosto de 2001 se acostaron alrededor de 16 veces y que solo al principio utilizaron condón.

“No sabíamos que era ilegal dormir juntos”, se defendió en ese entonces.

Stuebing recibió una pena de prisión suspendida de 1 año después de ser declarado culpable de todos los cargos. Susan, con 17 años en ese entonces, fue tratada como menor y puesta al cuidado de los servicios para jóvenes.

En 2005 nuevamente fueron llevados a juicio por el nacimiento de sus otras hijas. Patrick estuvo diez meses preso por su segunda condena de incesto y luego otro dos años y medio condenado por tercera vez.

Cuando lo llevaron a la cárcel, Susan dijo a los periódicos alemanes que no podía vivir sin él. Y él amenazó con suicidarse.

“No nos sentimos culpables por lo que sucedió entre nosotros. Queremos que se derogue la ley que tipifica el incesto como delito”, declara Patrick.

Para intentar cambiar la ley contra el incesto, la pareja llevó su caso ante el Tribunal de Derechos Humanos en 2012, pero perdieron el caso: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, Francia, dictaminó que Alemania tenía derecho a prohibir el incesto.

Sin embargo, en 2014, el Consejo de Ética Alemán dio un giro sorprendente y votó a favor de permitir el incesto entre hermanos, aduciendo que el riesgo de discapacidad no era suficiente para justificar la ley contra el incesto.

Según publica Daily Mail, la pareja continúa en su lucha legal.

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