Las estrellas del Paris Saint-Germain, Angel Di Maria y Marquinhos, sufrieron allanamientos en sus casas en una serie de ‘robos violentos’ durante el choque de la Liga 1 del domingo contra el FC Nantes. Esta modalidad de amenaza se está volviendo común entre los jugadores europeos.
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Di Maria fue sustituido en la segunda parte y luego abandonó el Parc des Princes llorando después de que le dijeran que la casa de su familia había sido robada durante el partido, mientras sus allegados todavía estaba dentro.
La otra casa atacada pertenecía al padre del defensa Marquinhos, durante un partido con el PSG. Se informó que las familias de ambos jugadores fueron tomadas como rehenes por los ladrones durante las redadas.
Estos ladrones atacan cuando los jugadores están jugando, y debido a que las familias no pueden ingresar a los estadios, lo que significa que todos están en casa cuando ocurren los robos.
Según informes, relojes y joyas con un valor estimado de más de 500.000 euros fueron robados de una caja fuerte en la casa de Di Maria. Se dice que el padre de Marquinhos recibió varios golpes, en particular en la cara, el pecho y las costillas.
Di Maria pasó por una experiencia similar cuando jugaba para el Manchester United en enero de 2015, cuando él y su familia fueron víctimas de un intento de redada de ladrones.
Poco después de ese ataque, Di Maria vendió su mansión de £4 millones y se mudó a una residencia permanente en un hotel, con su esposa demasiado asustada para regresar a su casa en Prestbury, Cheshire.
Otros ataques, misma modalidad
Di Maria y Marquinhos se unen a una lista cada vez mayor de jugadores del PSG que han sido atacados por ladrones bajo la misma modalidad: el robo y en algunos casos hasta el secuestro, de sus pertenencias y allegados mientras ellos disputan partidos.
También se produce después de una serie de delitos similares en Inglaterra, con el entrenador del Everton, Carlo Ancelotti, y el portero Robin Olsen, la víctima más reciente de los robos de la Premier League, con la familia del portero detenida a punta de cuchillo.
La vivienda de Paolo Rossi, quien falleció a los 64 años, fue asaltada durante los funerales del italiano aprovechando que su domicilio estaba vacío.
Cristian Ansaldi, tras un partido con su es equipo, Torino de la Serie A, en el año 2019, dijo que durante el torneo le robaron bolsos, valijas, relojes, anillos, brazaletes y demás.
Ese mismo año, la casa de Karim Benzema fue asaltada mientras él disputaba el clásico de la Copa de Rey entre Barcelona y Real Madrid.
A Kevin-Prince Boateng, jugador del Barcelona, le robaron US$450 000 en efectivo, entre otras cosas de valor mientras jugaba ante Valladolid. A Jordi Alba y Coutinho, también les robaron durante el año 2018.
Ya se advirtió a los clubes de alto nivel que estas terribles pruebas demuestran que la seguridad de los jugadores debe tomarse más en serio.
“Es sólo cuestión de tiempo antes de que alguien muera”, declaró Alex Bomberg, director ejecutivo de Intelligent Protection International Limited, que tiene su sede en el Reino Unido y Francia.
“Ya sea un jugador, un niño, un compañero, un familiar o un miembro del personal. No sé por qué los clubes se arriesgan con los jugadores y su seguridad“, añadió.