El Banco de Inglaterra (BoE) puso en circulación este 23 de junio los nuevos billetes de 50 libras, la denominación más alta, con la imagen de Alan Turing, coincidiendo así con el aniversario del nacimiento del matemático británico.
Con la puesta en circulación de este billete se completa la nueva serie de billetes en polímero, después de la introducción de los billetes de 5 libras con la efigie del político Winston Churchill, los de 10 libras con la de la escritora Jane Austen y los de 20 libras con el rostro del pintor J.M.W. Turner.
Turing es considerado como uno de los padres de la informática moderna y de la Inteligencia Artificial, y que durante la Segunda Guerra Mundial contribuyó a descifrar los códigos nazis de la máquina Enigma.
“Estoy encantado de que nuestro nuevo billete de 50 libras presente a uno de los científicos más importantes de Gran Bretaña, Alan Turing, quien es mejor conocido por su trabajo descifrando los códigos que ayudaron a poner fin a la Segunda Guerra Mundial”, declaró en marzo el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, cuando se anunció la circulación de la nueva presentación de las 50 libras.
La elección de Alan Turing fue llevada a cabo después de que el Comité Asesor de Personajes decidiera en 2018 dedicar el nuevo billete de 2018 a celebrar la ciencia, tras lo que abrió un periodo de nominación pública de seis semanas en el que la entidad recibió un total de 227.299 propuestas, con 989 personajes elegibles.
Alan Turing está considerado uno de los padres de la ciencia de la computación, siendo el precursor de la informática moderna al proporcionar una influyente formalización de los conceptos de algoritmo y computación a través de la conocida como ‘máquina de Turing’.
Durante su carrera formuló su propia versión de la hoy conocida como Tesis de Church-Turing, la cual postula que cualquier modelo computacional existente tiene las mismas capacidades algorítmicas, o un subconjunto, de las que tiene una máquina de Turing.
Además, durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en descifrar los códigos nazis, particularmente los de la máquina Enigma, a través de observaciones matemáticas y también contribuyó al enigma de la Inteligencia Artificial.
A pesar de su valioso trabajo en favor de los Aliados, Turing fue juzgado por homosexual y condenado a la castración química. En 1954, moriría tras ingerir una manzana con cianuro en lo que entonces pareció un claro caso de suicidio.
Con información de Europa Press.