Luego de tres semanas de protestas, huelgas, bloqueo de carreteras y ante una amenaza de golpe de estado por parte de las Fuerzas Armadas bolivianas, el presidente Evo Morales decidió convocar a nuevas elecciones generales y así bajar la tensión que se vivía en el país altiplánico tras el último proceso electoral en el que fue elegido por cuarta vez como mandatario en medio del escándalo de fraude.
"He decidido renovar la totalidad de vocales del tribunal supremo electoral", dijo Evo Morales en un anuncio por televisión. Además informó que va a "convocar a nuevas elecciones nacionales, que mediante el voto, permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente a nuevas autoridades", añadió.
Este anuncio también se da después de conocerse un informe de auditoría de la OEA que invalida los comicios del 20 de octubre, el mismo que indica que no puede "validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral", al establecer irregularidades en el conteo de votos.
Evo Morales anunció también que el Parlamento bicameral, donde cuenta con mayoría, se reunirá "en las siguientes horas" para que los partidos busquen los procedimientos para renovar los cargos del TSE, blanco de críticas internas y externas.
El presidente precisó que en los futuros comicios, el "pueblo boliviano (podrá) elegir democráticamente a nuevas autoridades, incorporando a nuevos actores políticos", sin precisar si él volverá a postularse.