Un inusual hecho ocurrió en Texas (Estados Unidos) cuando una familia interrumpió una cena con amigos luego que el dueño de un restaurante los botara por llevar mascarillas. La pareja señaló que usaban las máscaras faciales para evitar un contagio de COVID-19 y proteger a su bebé inmunodeprimido de 4 meses de edad.
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Natalie Wester y su esposo, José López-Guerrero, acudieron a un restaurante y bar en Rowlett, al noreste de Dallas, el pasado 10 de septiembre. Fue un día inusual, pues -tras el nacimiento del bebe- no salían mucho de casa, comentaron a CNN.
“Ese viernes por la noche, mi madre estaba disponible para cuidar a nuestro hijo... Vivir en una pandemia, estar aislado y lejos de los demás es un gran problema para nuestra salud mental y social”, comentó Wester.
El hijo de la pareja padece fibrosis quística, por lo que han tomado algunas precauciones para mantener a salvo a su familia. Esto hace que usen mascarilla en público, excepto para beber o comer.
La pareja y sus amigos acudieron al restaurante “Hang Time Sports Grill & Bar”, quienes no tienen como política no usar mascarillas dentro del local, señaló el propietario, de nombre ‘Tom’, a la afiliada de CNN, KTVT.
“Treinta minutos después nuestra camarera se acerca y se sienta a mi lado y dice: ‘Oye, nuestro gerente está en la cocina y no es tan amable como yo, así que vine aquí para hablar... Es una cuestión política, pero nuestro gerente no cree en la mascarilla. Está cansado de que le digan qué hacer, por lo que tendrá que quitarse la mascarilla’”, contó Wester.
Cabe mencionar que el pasado 10 de marzo, el gobernador Greg Abbott levantó el uso de máscaras faciales en Texas y señaló que las empresas de cualquier tipo podían volver al 100% de su capacidad.
Por su lado, el dueño del restaurante afirmó que él podía tomar decisiones por su local. “Gasté mi dinero en este negocio, puse mi sangre, sudor y lágrimas en este negocio y no quiero máscaras aquí”, sentenció.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan usar una mascarilla en lugares públicos y cerrados, así las personas sean vacunadas, sobre todo si hay personas vulnerables.
La pareja contó que desde su ingreso al local se le pidió que no use la mascarilla, pero no pensó que llegaría a más. “A pesar de que tanto mi esposo como yo estamos vacunados, cada vez que podemos salir (de casa) nos ponemos una máscara, incluso si es simplemente caminar hacia la gente, si estamos fuera de casa”, añadió.
Ambos señalaron que ante el incómodo momento no quisieron hacer una “escena” , pagaron su cuenta, se despidieron de sus amigos y su fueron. “Quiero respetar a una pequeña empresa”, dijo.
“Y sé que ahora mismo en COVID-19 y con la economía, es muy difícil. Pero no creo que la forma en que él (Tom) maneja su negocio sea muy profesional, y tampoco muy hospitalaria”, sentenció Wester.