La oficina del médico forense del condado Miami-Dade, en Florida (Estados Unidos), investiga la muerte del obstetra y ginecólogo Gregory Michael, quien falleció unas dos semanas después de recibir la vacuna contra el coronavirus (COVID-19).
El médico, de 56 años, recibió el pasado 18 de diciembre una dosis de la vacuna de Pfizer y murió entre el 3 y el 4 de enero, según señaló Darren Caprara, director de operaciones de la oficina del médico forense.
Portavoces de la oficina del forense precisaron que su muerte no se ha relacionado de forma definitiva con la vacuna suministrada por la farmacéutica estadounidense, sin embargo es una de las opciones que se investiga.
La forma y causa de la muerte “está pendiente”, confirmó a Efe Verónica Melton-Lamar, coordinadora de registros médicos de la oficina forense de Miami-Dade.
Su esposa, Heidi Neckelmann, señaló en un mensaje en Facebook que tres días después de recibir la dosis, a Michael le aparecieron manchas rojas (petequias) en sus pies y manos, y se dirigió a la sala de urgencias del Hospital Mount Sinai de Miami Beach, en el que trabajó los últimos quince años.
Ahí descubrieron que el nivel de sus plaquetas era extremadamente bajo y fue ingresado con un diagnóstico de trombocitopenia aguda (ITP, en inglés) “a causa de una reacción a la vacuna (contra) la covid”, según dijo Neckelmann.
“Un equipo de médicos expertos intentó durante dos semanas aumentar su nivel de plaquetas sin éxito. Expertos de todo el país participaron en su cuidado. No importa lo que hicieron, el nivel de plaquetas se negó a aumentar”, señaló la mujer.
Agregó que durante esas dos semanas Michael estuvo consciente y enérgico, hasta que dos días antes de una cirugía de último recurso sufrió un derrame cerebral hemorrágico “que le quitó la vida en cuestión de minutos”.
La oficina del médico forense de Miami-Dade trabajará las próximas semanas en conjunto con el Departamento de Salud de Florida y los gubernamentales Centros Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) con el fin de determinar la causa de la muerte.
Los CDC señalaron en un comunicado que tienen conocimiento “de la muerte reportada en Florida de un individuo que recibió la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el COVID-19 unas dos semanas antes de fallecer”.
Michael era un ginecólogo que trabajaba durante los últimos quince años en el Hospital , que por razones de privacidad no ha informado sobre el caso.
“Estamos investigando activamente este caso, pero no creemos en este momento que haya una conexión directa con la vacuna”, dijo por su parte la farmacéutica Pfizer en un comunicado.
“Es un caso clínico muy inusual de trombocitopenia grave, una condición que disminuye la capacidad del cuerpo para coagular la sangre y detener la hemorragia interna”, ahondó.
“Es importante tener en cuenta que, lamentablemente, es probable que los eventos adversos graves, incluidas las muertes que no están relacionadas con la vacuna, ocurran a un ritmo similar al que ocurriría en la población general”, añadió.
Entre los más de 5 millones de personas en Estados Unidos que han recibido una dosis de la vacuna contra la covid-19 no se han visto “preocupantes reacciones graves” a las mismas, “más allá de los 29 casos de reacciones alérgicas graves”, dijeron el miércoles funcionarios de los CDC.
“Los beneficios conocidos y potenciales de las vacunas actuales contra la covid-19 superan los riesgos conocidos y potenciales de contraerla”, dijo Nancy Messonnier, directora del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC, que aclaró que no obstante se pueden “posibles eventos de salud graves en el futuro”.
En su mensaje en Facebook, Neckelmann señaló que su esposo, de quien dijo era el amor de su vida, era un defensor de las vacunas pero a su juicio murió a causa de una “fuerte reacción” a una de ellas.
“Creo que la gente debe ser consciente de que pueden ocurrir efectos secundarios, que no es bueno para todos y en este caso destruyó una vida hermosa, una familia perfecta, y ha afectado a tanta gente en la comunidad”, señaló.
Fuente: EFE