Pese a que la pandemia ha hecho que más personas se descarguen aplicaciones como Tinder, hay algunos jóvenes que se han resistido a la “modernidad” y prefieren conocer a un persona de manera presencial o a la antigua.
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¿Por qué? Lucas es un soltero que habló a El País de España para contar que siente una presión fuerte en que debe demostrar que puede ligar y tener muchas relaciones sexuales. “Yo soy bastante más chill que mis amigos que lo usan”, asegura.
Claudia Villa de 25 años también opina lo mismo sobre las apps. “Me resulta antinatural quedar con alguien que tiene unas expectativas en ti y tú en la otra persona para ver si encajas para tener sexo o enamorarse”, cuestiona sobre lo que te vende este tipo de empresas, pues luego de un “match” vienen las conversaciones donde cada uno intentará definirse y decir que es el mejor.
Cabe resaltar que el año pasado Tinder señaló que las conversaciones que se concretaban en una cita se habían vuelto un 32% más largas que en otros años.
Del mismo modo, otra app llamada Thursday, la cual funciona solo jueves, ayuda a su público a que la conversación no sea muy larga. Por lo que tienen solo horas para concertar una cita pues, a la medianoche todos los datos se eliminan.
Aún así, para muchos jóvenes no hay como conocer a un ser querido en persona. “Los chats no tienen todo, te lo tienes que imaginar. A mí me interesa cómo habla la otra persona, cómo se expresa, cómo se comunica”, contó Amaia Echevarría, de 23 años.
A esto se suma documentales como “El Timador de Tinder”, el cual aumenta el miedo entre sus usuarios. Es por ello que muchos no se fían de las personas que conocen en esta apps.
Alberto Pintado de 28 años relató que habló por mucho tiempo con chica, la cual le decía que le gustaban los videojuegos y por las fotos le parecía muy atractiva. Sin embargo, cuando la conoció señala que era una chica totalmente distinta. No pudo evitar sentirse engañado y ella solo le señaló que se sentía insegura de su físico.
Cada uno tiene motivos diferentes para evitar aplicaciones y buscar conocer a la persona “indicada” en un trabajo, una noche de bar, paseos en el parque, un café y más.