Danae Olguín es una menor de 6 años que acudió a un hospital en Coronel Moldes, Córdoba (Argentina), tras caerse mientras andaba en patines.
El suceso se dio en los primeros días del año y sus padres, Hugo y Karen, decidieron llevarla al Hospital Tomás Ponsone. La menor tenía un raspón en el muslo y decidieron llevarla a consulta el miércoles 5 de enero para una receta de antibióticos.
Olguín ingresó a hospital con un poco de fiebre y al hacerle el hisopado descubrieron que tenía COVID-19, por lo que la derivaron al Hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto.
Tras un examen de sangre, los médicos notaron que Danae tenía elevados los glóbulos blancos, síntoma de una infección bacteriana. Y fue en el segundo hospital donde empezó una serie de eventos que se convirtieron en una pesadilla.
“Los médicos me dijeron que por el raspón se le había metido un virus intrahospilatario y que eso provocó la infección que dañó sus órganos”, comentó Karen Baldobino al canal argentino TN.
Para la madrugada del 8 de enero, Danae falleció. “El dolor inmenso que estamos pasando hace ocho meses fue por una cadena de negligencia. No me voy a cansar de decirlo: hubo un abandono total de persona y mala praxis. Mi nena entró con un raspón y me la devolvieron en una bolsa” agregó la madre.
La autopsia
El Instituto de Medicina Forense del Poder Judicial señaló que Danae fue víctima de un shock séptico que apagó sus signos vitales. Por su lado, los abogados de la famlia señalaron que su muerte se pudo evitar con un tratamiento de antibióticos.
“Le inyectaban morfina y punto. A mí nadie me llamó para avisarme ‘mirá, mamá, le vamos a poner esto, le estamos haciendo aquello’”, relató Karen.
La ola de Ómicron en Argentina en verano pasado hizo que Karen y su hija sean separadas, por lo que Danae pasó sus últimos días junto a su abuela materna.
“A mi mamá la maltrataban por reclamar atención para su nieta. Yo llamaba y no me daban respuesta: me decían que si había algo importante me lo iban a comunicar”, señaló.
La abuela de Danae se encontraba junto a su nieta cuando murió, se quedó a dormir y al despertarse sintió muy frío el cuerpo de la niña. Para cuando llamó a los médicos, nadie iba a ver qué pasaba.
Los médicos señalaron que la menor tenía un paro cardiaco y su estado era crítico. “Me dijeron que el COVID había sido la causa de muerte. Y no nos dejaron verla”, denunció Karen, quien hasta ahora cuenta su historia para reclamar justicia para Danae.