Un hombre de Nueva York acumuló y buscó vender mascarillas y otros equipos de protección con un alto margen de beneficio mientras los trabajadores de la salud protestaban por suministros para hacer frente a la pandemia del coronavirus, según constató The New York Post.
El farmacéutico del Upper East Richard Schirripa, de 66 años y dueño de una farmacia en Madison Avenue, está acusado de comprar por miles de dólares mascarillas y otros productos de protección a principios de este año y aumentar los precios en abril, con la pandemia del coronavirus.
Schirripa, que aún no está detenido, fue sorprendido por la policía cuando agentes discutieron con él la venta de máscaras quirúrgicas y comerciales de grado N-95 a entre 22 y 15 dólares, cuando generalmente se venden por menos de 1,50 dólares, según los documentos judiciales.
Los agentes federales dicen que el farmacéutico gastó más de 200.000 dólares en mascarillas cuando el virus comenzó a extenderse por China a principios de este año, pero aún no había llegado a Estados Unidos.
Schirripa le dijo a los compradores potenciales, agentes encubiertos, que obtuvo las máscaras de un proveedor en Florida, donde se obtuvieron a su vez en el mercado negro, que aumentaron de 20 a 400 dólares por caja.
“Pagué un precio muy alto por ellos, pero sabes, cuando tienes algo que nadie más tiene, no es un precio alto ... Solía vender una caja de estos por 20 dólares, ahora es como 15 por mascarilla”, indicó The New York Post en referencia al diálogo de Schirripa con los agentes encubiertos.
En la investigación se atrapó a Schirripa haciendo entregas de estos productos a varios farmacéuticos y consultorios médicos en el Upper East antes de vender a los agentes encubiertos casi 3.000 dólares en mascarillas.
La redada fue una operación conjunta entre Seguridad Nacional, la policía de Nueva York y otras fuerzas de seguridad.
Estados Unidos, con unos 680.000 casos confirmados y más de 23.000 muertes, es el epicentro mundial de la pandemia, según los registros de la Universidad Johns Hopkins.
Dentro del país, el estado de Nueva York es el más afectado, al superar el lunes los 10.000 fallecidos por COVID-19, con lo que se une al dramático grupo que conforman Italia, España, Francia y Reino Unido, que también han pasado esa barrera, lo que se traduce en hospitales desbordados, morgues que no dan abasto, familias destrozadas por la pérdida de sus seres queridos y la economía paralizada.
Fuente: EFE