Las autoridades de Moscú decretaron hoy once días de vacaciones retribuidas y el cierre de los servicios no esenciales del 28 de octubre al 7 de noviembre para frenar el avance del coronavirus, que lleva más de tres semanas marcando récord de contagios y muertes por COVID-19.
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La medida fue anunciada por el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, en su blog.
Durante ese periodo solo estarán abiertos los servicios esenciales como las farmacias, las tiendas de alimentación y los de venta de otros bienes de primera necesidad, señaló.
Se mantiene la atención médica, tanto la general como la de servicios de urgencia.
“Se detiene el trabajo de las empresas y organizaciones en el ámbito del comercio, los servicios, la gastronomía, el deporte, la cultura, el ocio, los cines y otras”, dijo el alcalde.
Los restaurantes y las cafeterías podrán ofrecer comida para llevar o a domicilio.
Los eventos masivos o espectáculos también estarán prohibidos durante las vacaciones obligatorias, pero podrán contar con una autorización del organismo ruso encargado de la protección del consumidor, Rospotrebnadzor.
Los teatros y museos continuarán trabajando, pero con la limitación del 50% del aforo, mientras que los visitantes de estas deberán tener un código QR que confirme la vacunación y usar mascarillas.
El código QR se volverá obligatorio a partir del día 8 de noviembre para cualquier actividad cultural, deportiva o espectáculo al que acudan más de 500 personas.
Los escolares tendrán vacaciones durante estos once días, y los universitarios solo podrán continuar sus estudios a distancia.
Aunque todavía no se alcanzan los niveles máximos de más de 9.000 casos de COVID-19 que se registraron en junio de este año, el alcalde constató que “la situación en Moscú se desarrolla según el peor de los escenarios”.
“En los próximos días alcanzaremos los máximos históricos de contagios de covid-19″, señaló, después que en las últimas 24 horas se detectasen 7.897 nuevos casos.
Además, Sobianin anunció que después de las vacaciones forzosas, se bloquearán las tarjetas de transporte social de las personas mayores de 60 años y quienes padezcan de enfermedades crónicas para limitar los desplazamientos.
Sin embargo, señaló que aquellos que estén vacunados podrán desbloquear sus tarjetas después de ser inoculados con al menos la primera dosis de una vacuna contra el COVID-19.
Previamente el alcalde anunció la vuelta al teletrabajo de al menos el 30% de los trabajadores no vacunados contra el coronavirus y de los que no han pasado la enfermedad, y el autoaislamiento de los mayores de 60 años hasta febrero próximo.
Fuente: EFE