Las discotecas de Francia cerrarán a partir del próximo viernes durante un mes, y los festejos previos a la Navidad sufrirán restricciones para tratar de salvar las fiestas de fin de año ante el avance de la pandemia de COVID-19, anunció hoy el primer ministro francés, Jean Castex.
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Castex explicó el cierre de discotecas porque la elevada circulación del virus es importante entre los jóvenes y por la dificultad de llevar en ellas la mascarilla, al tiempo que señaló que las empresas afectadas recibirán ayudas económicas.
Asimismo, Castex indicó que, por ahora, no se justifican otras medidas restrictivas generalizadas, como la limitación de aforos o los toques de queda, pero pidió prudencia en todas las celebraciones navideñas, como las cenas de empresa u otras celebraciones.
El primer ministro pidió la anulación de las mismas cuando no sea posible llevar mascarilla y elevar la vigilancia en el resto.
“La idea no es prohibirlos, es que se respete la distancia y se lleve la mascarilla. Pero cuando no se pueda, serán prohibidos”, dijo.
Además, para los eventos navideños al aire libre, como los mercados de Navidad, muy populares en algunas regiones del país, será necesario el pase sanitario.
“Hasta las fiestas de fin de año, tenemos que bajar el ritmo sobre los eventos festivos en la espera privada (…) Si mantenemos la vigilancia las próximas tres semanas, superaremos esta ola”, dijo el primer ministro.
Castex también señaló que se pedirá elevar el teletrabajo, con entre dos y tres días por semana, y que se impondrá la mascarilla en las escuelas, incluso en las aulas, que se cerrarán cuando se detecten tres positivos, mientras que se limitarán los deportes de contacto en el ámbito escolar.
La tasa de infección entre los menores es el doble que los adultos, según los datos del Gobierno.
El primer ministro francés indicó que a partir del próximo día 15 comenzarán a vacuna a los menores de 12 años con mayor riesgo sanitario y que en cuanto tengan la luz verde de las autoridades sanitarias lo harán con el resto, antes de finales de año.
Estas medidas restrictivas, agregó, son “imprescindibles” para evitar que el virus circule con más fuerza y pueda poner en peligro al sistema sanitario, que ha evitado entrar en crisis gracias al elevado porcentaje de vacunados, que roza el 90 % de los adultos.
Castex indicó que se incrementarán las campañas para inyectar la tercera dosis, sobre todo entre los mayores de 65 años.
Francia registra en los últimos días 50.000 casos diarios y su tasa de incidencia supera los 400 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los menos de 50 que tenía a principios de octubre.
El número de pacientes hospitalizados supera los 12.000, de los que más de 2.000 están en unidades de cuidados intensivos, una cifra que, según las proyecciones del Instituto Pasteur, superará los 3.000 la semana que viene, lejos aun de los más de 7.000 de las olas precedentes.
El ministro de Sanidad, Olivier Véran, indicó que la aparición de la variante ómicron no cambia por ahora la estrategia del Ejecutivo para frenar esta nueva oleada.
Indicó que de los 400 casos detectados en Europa, 25 lo han sido en Francia, donde solo 4 son autóctonos.
Véran señaló que esta nueva variante es “más contagiosa pero no más peligrosa” que la Delta, mayoritaria en el país.
Fuente: EFE