Miami [EFE]. El condado de Miami-Dade, el más afectado de Florida por la pandemia de COVID-19, endureció este domingo la vigilancia de restaurantes que incumplan las normas contra la propagación del virus, ante el alarmante incremento de los casos en este estado del sureste de Estados Unidos.
“No es el momento de bajar la guardia”, expresó este domingo el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez.
El mandatario firmó una enmienda para reforzar el cumplimiento de las normas de su plan de reapertura “Nueva normalidad” en los restaurantes, que deben operar solo al 50 % de su capacidad.
“Los negocios que violen las reglas del ‘New Normal’ para prevenir el contagio de COVID-19 deben firmar una declaración confirmando que las entienden y van a cumplir con ellas. De otra forma no pueden abrir”, expresó el alcalde.
Giménez subrayó que “habrá cero tolerancia para los establecimientos que no siguen las reglas para proteger a nuestra comunidad de la propagación”.
Reconoció lo “difícil” que debe ser celebrar hoy el Día del Padre en las nuevas circunstancias, pero señaló que “el mejor regalo que le pueden dar a tíos, padres y abuelos es protegerlos”.
Con el cierre de tres restaurantes en las últimas horas, el alcalde Giménez alertó sobre el promedio de la tasa de casos positivos en el condado, de 9,4 % en las últimas dos semanas, y la hospitalización actualmente de 677 personas, 128 de ellas en las Unidades de Cuidados Intensivos (ICU).
El Miami-Dade han muerto 3.161 personas debido al nuevo coronavirus, y hoy, en medio de las celebraciones por el Día del Padre, se han confirmado 3.494 nuevos casos de COVID-19.
En los últimos cuatro días, Florida ha sumado 14.572 casos después de tres récords consecutivos: 3.207 el jueves, 3.822 el viernes y 4.049 el sábado, según la base de datos del Departamento de Salud del estado.
En Miami-Dade, Broward y Palm Beach se mantiene el foco de la enfermedad en Florida, con más de 46.800 de los casos y 1.725 muertes en los tres condados.
En Miami-Dade se reportan un total de 25.314 casos y 884 muertos, mientras que en Broward son 10.878 y 373 y en Palm Beach 10.628 personas han dado positivo de COVID-19 y 468 han fallecido.
El récord de casos diarios de las últimas dos semanas en Florida muestra un desafío para el Gobierno de Ron DeSantis, que señala como causa del aumento una mayor cantidad de pruebas.
Además agrega que ahora está afectando a gente más joven, de 37 años en promedio, que es menos vulnerable y con menor posibilidad de necesitar hospitalización.
Desde el 1 de marzo pasado se han realizado 1.600.335 pruebas de COVID-19 en un estado que cuenta con 21 millones de habitantes y 13.037 personas han tenido que ser hospitalizadas por el virus, según informó hoy el Departamento de Salud estatal.