La situación en Argentina es crítica debido al avance del coronavirus. Una vida más se ha perdido, la de una joven de 22 años que ha conmocionado el país por la poderosa imagen que se viralizó en redes sociales: Lara Arreguiz esperando atención médica acostada en el piso de un hospital.
Lara falleció el viernes que pasó, pero su historia comenzó el 13 de mayo cuando sintió los primeros síntomas del COVID-19. Su padre, Alejandro, cuenta que en el Hospital Protomédico estuvo sentada por cuatro horas en una silla de ruedas porque no había camas, le hicieron placas y le dieron una cita para el 16 del mismo mes para un hisopado, que dio positivo. Las placas arrojaron pulmonía bilateral.
“En solo dos días era impresionante cómo avanzó y le tomó ambos pulmones, por eso se ahogaba. Ahí nos dijeron que la lleváramos y que siguiéramos con nebulizaciones. Fuimos a casa y se volvió a ahogar. Nos trasladamos al Hospital J.B. Iturraspe y, como estaba lleno de gente, nadie nos atendía, hasta que ella se descompensó y cayó al suelo”, recordó el padre al diario La Nación.
Claudia Sánchez, la madre, recuerda el momento de la foto que se volvió viral: “‘Me voy a acostar en el piso’, me dijo. Después nos vio una señora que nos prestó su campera para taparla por el frío. Ahí fue cuando un médico o enfermero que pasó, la levantó y se la llevó a la guardia. Le administraron oxígeno y se calmó. Pero nos dijeron que no había camas, así que estuvo hasta las 9 de la noche en la guardia y después la llevaron al Iturraspe antiguo, donde había una cama para ella”.
A la madre también la aislaron por tener coronavirus. El padre fue a ver a su hija todos los días por 15 minutos, a través de una pequeña ventana de la sala intermedia a donde trasladaron a Lara. El jueves 20 le enviaron un mensaje preguntando si quería ver a su hija, algo que le causó extrañeza.
“Fui, y cuando llegué, estaba muy mal, con una máscara de oxígeno. Me miraba y me hacía señas de que estaba ahogada. Me quebré, no podía verla así. Me fui, pero al llegar a mi casa avisaron que Lara había pasado a terapia y que la habían intubado. Pero a las 3 de la mañana del viernes nos avisaron que había fallecido”, narró Alejandro.
Lara tenía tan solo 22 años, era diabética e insulinodependiente, estudiaba en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y era voluntaria de la organización “S.O.S. Caballos” en la ciudad de Santa Fe.
“La gente no entra en razón de lo que está sucediendo. Muchos dicen que todo esto es mentira. Pero cuando te toca en carne propia hay que vivirlo y es lo peor que te puede pasar estar de hospital en hospital con un ser querido y no tener una cama o un médico que te ayude. Espero que lo que nos pasó sirva para concientizar a la gente, que esto le puede pasar a cualquiera”, lamentó el padre de Lara.
“No murió sin atención”
El director del Hospital Iturraspe, Francisco Villano, responde a las críticas por la foto de Lara y pone énfasis en las condiciones difíciles que los médicos están enfrentando la pandemia.
“La chica tuvo atención. Estuvo internada. No es que murió sin atención médica. No estoy diciendo que somos perfectos, pero también tengamos en cuenta que el tema de la saturación, la cantidad de trabajo y el agotamiento del personal son hechos importantes. Es a los que tenemos que cuidar y es lo más valioso”, explica el médico.
Finaliza así, con una crítica: “Hace un año y medio que el personal de salud está trabajando a destajo, sin parar. La gente parece que no lo entiende. Es la imagen que uno no quisiera tener, como que la chica fue dejada o no atendida; no es la imagen del esfuerzo que está haciendo todo el personal de salud cada día”.