Preocupación en Chile por protestas. El presidente Sebastián Piñera dijo el lunes que la mayoría de los ciudadanos del país quieren vivir “en democracia y en paz”, luego de jornada de extrema violencia, en la que hubo un muerto por disparo de bala y fueron detenidos más de medio millar de personas.
“Vimos a una minoría de delincuentes que desató una ola de violencia, saqueos y vandalismo, incluyendo el incendio de dos iglesias de alto valor histórico (...) La inmensa mayoría de los chilenos queremos vivir en democracia y en paz”, aseguró el mandatario conservador.
Los desmanes ocurrieron al anochecer del domingo y ensombrecieron las festivas y masivas concentraciones que se registraron en Santiago y en otras ciudades del país para conmemorar el primer aniversario del llamado “estallido social”, que surgió en octubre de 2019 en favor de mayor igualdad social y que está considerado el más grave desde el fin de la dictadura militar (1973-1990).
Un muerto en un tiroteo, al menos 643 detenidos, 116 agentes heridos, dos iglesias quemadas y varios comercios saqueados fue el balance que dejó la noche violenta del pasado domingo en Chile.
Las imágenes de la cúpula de la Iglesia de la Asunción en llamas, desplomándose entre aplausos y vítores de un grupo de manifestantes, se viralizaron por las redes sociales y fueron replicadas por medios de todo el mundo.
Piñera indicó que el gobierno presentará varias querellas para poder “perseguir con severidad” a los responsables de los desmanes y pidió a las fuerzas políticas condenar no solo los hechos, sino también “a aquellos que de una u otra forma promueven la violencia, la amparan o la justifican”.
El aniversario de las protestas tuvo lugar una semana antes de que 14,5 millones de chilenos decidan en un histórico plebiscito si quieren reemplazar la actual Constitución, heredada de la dictadura y vista como el origen de las desigualdades del país.
El plebiscito, que tenía que haberse celebrado en abril pero fue aplazado por la pandemia, fue acordado por las fuerzas políticas para descomprimir la crisis social, que dejó una treintena de muertos y miles de heridos, además de señalamientos a las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.
El gobernante subrayó que la sociedad quiere una votación “participativa” y “en que todos se puedan manifestar libremente”, aunque aseguró que “grupos minoritarios van a intentar ensuciar o entorpecer ese proceso”.
“Queremos una Constitución que sea un gran marco de unidad, de estabilidad, de proyección de nuestro país y para ello es fundamental que cuente con la legitimidad que le otorga una amplia mayoría de los ciudadanos”, agregó Piñera, quien registra bajos índices de aprobación ciudadana.
Fuente: EFE