El amor ya no conoce de barreras, ni fronteras. Mucho menos de una pandemia por COVID-19. Esto lo tiene más que claro Carlos Trujeque, un mexicano de 28 años que atravesó al menos 11 países en su bicicleta para encontrarse con el amor de su vida en Mar de Plata, Argentina.
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Atravesó las tres partes del continente americano y su travesía le tardó más de 11 meses; pero valió completamente la pena, asegura a Infobae. “Lo volvería hacer”, repite una y otra vez. “La experiencia me cambió la vida, no sólo por las habilidades que desarrollé, sino porque vivo de una manera más sencilla, conectado a lo verdaderamente importante”.
Carlos se considera un ciclista apasionado y un viajero por convicción. Natal del estado mexicano de Veracruz, se licenció como administrador de Empresas, pero vivió un tiempo en Málaga (España), donde conoció a Agustina durante un intercambio estudiantil en Andalucía en 2016. “La vi en la fiesta de bienvenida. Me presenté, la saludé... y punto”, señaló emocionado.
En otra oportunidad volvieron a cruzar miradas cuando la joven le compartió un mate mientras se reunía con una amiga. “Estaba con una amiga y me ofreció un mate. Nunca lo había probado, me gustó”, comenta. Desde ese momento, los encuentros se hicieron más cercanos y frecuentes.
Decidieron así formar una relación a distancia en base a video llamadas y visitas ocasionales, como la que realizó Agustina en 2017 hasta México, donde conoció a la familia de su novio. Un tiempo después Carlos decidió visitarla, pero esta vez en Argentina.
Cansados de vivir separados, los jóvenes decidieron mudarse juntos. Sin embargo, el obstáculo de la pandemia por COVID-19 se interpuso entre lo dos por lo que tuvieron que posponer ese plan.
“Estaba a punto de comprar el pasaje cuando el mundo se convulsionó”, lamenta. Con las fronteras cerradas y las restricciones en todo el planeta, volvieron a la relación virtual que tuvieron desde el principio.
A finales de 2020 y, tras dos años de estar separados, Carlos tomó la increíble decisión de dejarlo todo por amor. “Voy hacia tu encuentro Agus, si no puedo hacerlo por aire, lo haré por tierra”, le juró a su pareja.
“Mis padres, que pensaron que estaba loco, me ofrecieron comprarme el billete de avión, pero me negué”, asegura.
El 19 de octubre de 2021 logró llegar a Mar de plata después de recorrer 11 países en 11 meses y 9 días. Agustina lo esperaba en el Boulevard Marítimo. “Se me aceleró el corazón. Tenía miedo de no sentir esa conexión…”. Detuvo la bicicleta, y con un largo abrazo recuperaron el tiempo perdido.
“Agus se encargó de mostrarme la ciudad. Cada día me sorprendo más con todo lo que tiene. Salimos en bicicleta por toda la Costa Atlántica, incluso visitamos zonas aledañas como Sierra de los Padres. Los paisajes son hermosos. Estar cerca del mar es algo que me recuerda a casa… aunque el agua sea bastante fría”, cuenta Carlos.
Sin embargo, después de tener todo planeado para vivir juntos, ambos decidieron dejar ese sueño por un tiempo para vivir de manera independiente. “No compartimos el mismo techo porque creemos que es lo mejor para la pareja. Ambos somos muy independientes, y no queremos apresurar nada”.
“Hace dos años que no veo a mi familia”, asegura Carlos. “Agustina planea hacer un máster de especialización en kinesiología, en Europa. Nos encontraremos allí, porque a los dos nos encanta recorrer el planeta”, confirma.