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El prófugo de la Justicia brasileña Wéllington da Silva Braga, conocido como “Ecko” y sindicado de ser el jefe de las organizaciones paramilitares que actúan en las favelas de , murió este sábado durante un operativo policial.

Según la Policía Civil del estado de Río de Janeiro, Ecko murió después de ser arrestado por agentes cuando, estando herido, intentó desarmar a uno de los oficiales dentro de la patrulla que lo trasladaría hasta un hospital y otro de los policías reaccionó disparándole nuevamente.

Ecko fue interceptado por los agentes cuando visitaba a su mujer e hijos en la favela Comunidade das Tres Pontes, en el periférico barrio de Paciencia, y se encontraba sin su escolta personal, que a veces llegaba a ser de hasta cien hombres, según las autoridades.

De acuerdo con el reporte oficial, Ecko, que llegó a ser trasladado en un helicóptero que daba apoyo aéreo al operativo, llegó sin vida al Hospital Municipal Miguel Couto.

Milicias

Las “milicias”, como se conocen a los grupos paramilitares que dominan una gran cantidad de barriadas de Río de Janeiro y de municipios de la Baixada Fluminense, controlan actividades como el transporte informal, suministro de agua, gas, internet y televisión por cable y negocios de propiedad raíz.

El Departamento General de la Policía Especializada, que utilizó 21 efectivos para el operativo, indicó que ya identificó a los policías que integraban el grupo criminal denominado como Bonde do Ecko (tranvía de Ecko) y que sustituyó al conocido como Liga de la Justicia, liderado por su hermano, Carlinhos Tres Pontes.

En 2017, Tres Pontes murió en un enfrentamiento con la Policía y desde entonces Ecko pasó a comandar la facción.Los hermanos pasaron a tomar el control de las milicias después del arresto a finales de la década pasada de Ricardo Teixeira Cruz “Batman”, Toni Ángelo y Marcos José de Lima “Gao”, todos ellos expolicías.

A pesar de que los grupos paramilitares surgen para combatir al margen de la ley el narcotráfico en las favelas y hacer justicia por cuenta propia, Tres Pontes y su hermano Ecko, por no tener vínculos con la Policía, consiguieron alianzas con algunos narcotraficantes, lo que les permitió aumentar su poder.

La Policía de Río de Janeiro ofrecía una recompensa de 10.000 reales (unos 2.000 dólares) para quien diese informaciones que permitiesen la captura de Ecko, que, según las autoridades, lideraba un esquema de negocios ilícitos por valor de cincuenta millones de reales (unos diez millones de dólares) anuales.

Fuente: EFE

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