Brasil eligió al ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de la mayor potencia de América Latina tras una de las campañas más divididas y tensas de la historia del país.
Jair Bolsonaro, excapitán del Ejército, obtuvo el 55,54%% de los votos contra 44,46%% de su rival, el izquierdista Fernando Haddad, tras el escrutinio de más del 94% de las urnas.
Jair Bolsonaro, un exparacaidista de 63 años, logró capitalizar la decepción y la rabia de una población golpeada por años de recesión y estancamiento y hastiada de los escándalos de corrupción.
Haddad, profesor universitario y exalcalde de Sao Paulo, de 55 años, fue designado candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en sustitución de su líder histórico, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de activos.
En la primera vuelta, Jair Bolsonaro obtuvo 46% de los votos, frente a 29% de Haddad. Pese a que el izquierista acortó distancias, el exministro de Educación se quedó lejos de la ansiada remontada.
Miles de manifestantes reunidos frente a la casa de Jair Bolsonaro en Barra de Tijuca, un exlusivo barrio de Rio de Janeiro, celebraron con euforia el anuncio de los los resultados, lanzando fuegos artificiales. También hubo celebraciones importantes en Sao Paulo, la capital económica y financiera del país, y en otras ciudades.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL) dirigió desde su casa una exitosa campaña que centró en las redes sociales, tras la puñalada que sufrió durante un mitin callejero a principios de septiembre.
Muy distinto al ambiente en el céntrico hotel de Sao Paulo donde Haddad y el comando de un Partido dos Trabalhadores (PT) -que pierde por primera vez unos comicios nacionales tras cuatro victorias consecutivas- seguían los resultados.
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