Un casco azul peruano desplegado en la República Centroafricana ha sido acusado de violar a una menor y dejarla embarazada, según dijo este miércoles Naciones Unidas, que investiga las alegaciones.
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La organización, que regularmente hace públicas las denuncias que recibe de supuestos abusos sexuales cometidos por su personal, explicó que este caso tuvo lugar hacia finales de 2020 e involucra a un observador militar de Perú que formó parte de la misión de paz en la República Centroafricana (MINUSCA).
Según dijo a EFE una portavoz, la acusación se refiere a la violación de una menor en un número indeterminado de ocasiones y que resultó en el nacimiento de un niño.
El observador peruano ya ha abandonado la misión al término de su turno, sin que se le hayan aplicado hasta el momento medidas disciplinares desde la ONU, mientras que su país de origen ha sido notificado de los hechos acaecidos.
La víctima, según esa misma fuente, ha sido dirigida inmediatamente a servicios que ofrecen asistencia en este tipo de casos y la oficina de investigaciones internas de la ONU está investigando las alegaciones.
Perú tiene algo más de 200 agentes desplegados en la MINUSCA, su principal contribución a las operaciones de paz de la ONU.
El despliegue de casos azules en la República Centroafricana es uno de los que más denuncias de abusos sexuales ha registrado en los últimos años y, junto a la misión en la República Democrática del Congo, concentró en 2020 el 70% del total de alegaciones contra las operaciones de paz de la ONU.
Este mes, la organización decidió retirar a los 450 miembros aportados por Gabón a la MINUSCA por las repetidas acusaciones de abuso sexual, algo que ya había hecho anteriormente con los soldados congoleses desplegados allí.
Ya en 2015, ante una oleada de denuncias contra la MINUSCA, que supuso uno de los grandes escándalos recientes a los que se ha enfrentado la organización, el entonces jefe de la ONU, Ban Ki-moon, forzó la dimisión del jefe de esa misión y prometió una política de “tolerancia cero” contra los abusos y más ayudas a las víctimas, una política que ha mantenido su sucesor, António Guterres.
El goteo de acusaciones contra los cascos azules y otros empleados de Naciones Unidas y organizaciones que colaboran con ella sobre el terreno no ha cesado en los últimos años y se ha hecho incluso más evidente, dado que ahora la organización informa regularmente de los casos que se le notifican en un esfuerzo de transparencia.
Fuente: EFE