Fue uno de los principales responsables de la gesta marroquí. Yassine Bounou, el arquero de la selección de Marruecos, viene teniendo una destacada participación en el Mundial Qatar 2022 y en la tanda de penales frente a España, el golero del Sevilla de La Liga volvió a lucirse. Conoce a continuación un poco más de su historia.
Tras su fantástica actuación en octavos de final de la Copa del Mundo, el término Bono se ha vuelto trending topic en las redes sociales, pero no hacen referencia a la estrella musical de U2, sino a la forma onomatopéyica de pronunciar el nombre del guardameta africano de 31 años.
Futbolista que es de Marruecos pero cuyo origen está varios kilométros lejos de esas latitudes. Entérate en las siguiente líneas un poco sobre la histora e inicios en el balompié del que hoy es candidateado a ser uno de los mejores porteros de Qatar 2022.
¿QUIÉN ES YASSINE BOUNOU, EL ARQUERO DE LA SELECCIÓN DE MARRUECOS?
Yassine Bounou nació en Montreal (Canadá) el 5 de abril de 1991, en el seno de una familia marroquí, que emigró a Canadá por temas laborales.
“Mi padre era profesor universitario. Impartía clases de Física y por eso mi familia vivió en Canadá ocho años. Pero cuando yo cumplí tres, volvimos a Marruecos, a Casablanca, porque mi madre nunca se adaptó”, le relató “Bono” al diario español “El Mundo” en 2018.
“Toda mi vida consistía en jugar al fútbol en la calle. Aprendí en la cuesta de un parking (estacionamiento), dibujando la portería en la pared y colocando cubos de basura”, explicó.
Sin embargo, sus padres no estaban convencidos de que ese fuera su camino. “No quiero que dediques tanto tiempo al fútbol”, le habría dicho su padre, quien también lo habría impulsado a viajar a España para probar otros oficios.
“Vine a España de pequeño varias veces. Estuve con uno de mis tíos trabajando en el mercadillo que se hacía alrededor de La Romareda, en Zaragoza. En aquella época, el mercadillo en España era algo. No es como ahora, que casi todos los productos son chinos. ¡Era el momento top del mercadillo!”, dijo el deportista hace ya cuatro años.
Aun así, Bono dedicó todos sus esfuerzos en aprender a dominar el balón. De hecho, durante sus primeros años, Yassine estaba convencido de que sería delantero. Sin embargo, a los 11, un entrenador le sugirió que probara en la portería, y en esa zona del campo fue donde encaminó su destino.
Uno que su club Wydad le ayudó a forjar hasta el 2010, cuando el OGC Niza -de la Ligue 1- lo mandó a llamar. De acuerdo con diversos medios, Bono viajó entonces a Francia pero algunos problemas burocráticos lo hicieron volver a Marruecos.
Un par de temporadas después, Bono tuvo, por primera vez, la oportunidad de jugar en un partido de alto calibre: la final de la Champions League africana, que sirvió para que distintos clubes internacionales comenzaron a fijarse en él.
Entre ellos, el Atlético de Madrid, que lo fichó en 2012; no obstante, no fue titular y termino siendo cedido. “Fue algo difícil de aceptar. Yo era bueno para estar allí, pero no tanto como para competir. Tenía un complejo de inferioridad, de sentir que no podía jugar. Fue muy rápido para mí todo aquello, pero me sirvió para sentirme valorado”, indicó.
En 2014 fue prestado al Zaragoza y en 2016 -cuando acabó su contrato con el Atlético de Madrid- firmó por el Girona. Un equipo en el que se mantuvo hasta 2019, cuando él mismo pidió ser cedido al Sevilla F.C., donde ha crecido hasta transformarse en un ídolo de multitudes, además de desarrollarse como un líder nato.
“En esa línea voy a seguir siempre: trabajando e intentando seguir creciendo en aspectos que puedan ayudar al equipo. Quiero intentar ser ejemplar, transmitir buena imagen a todos los chicos y ya está. Quiero ser un líder desde mi forma de ser, desde la lejanía”, declaró en julio del 2022 al “Diario de Sevilla”.
YASSINE BOUNOU Y SU HINCHAJE POR RIVER PLATE
“La primera camiseta que me regaló mi papá fue de Argentina”, contó hace un tiempo el arquero. Sin dudas, esa camiseta marcó un antes y después en su fanatismo por River Plate, el elenco que hasta hace poco dirigía Marcelo Gallardo.
Y como hincha pudo hacerse presente en un momento histórico para el club: Bono fue testigo de la conquista de la Copa Libertadores 2018, que se llevó a cabo en Madrid y enfrentó en la final a River y Boca. Leandro Chichizola, exjugador del “millonario”, fue el encargado de conseguirle una entrada para que pueda ir al Santiago Bernabéu.
El ídolo del marroquí es Ariel Ortega, pero no queda solamente en un gusto futbolista. El perro de Bono se llama Ariel en honor al Burrito. “Le puse Ariel de nombre a mi perro por el Burrito Ortega, soy fanático de River”, le reveló a TyC Sports tiempo atrás.