A lo largo de los años sobre el huevo, se han tejido una serie de mitos que han dado una imagen errónea en torno a su consumo.
Sin embargo, estos son algunos de los más falsos, según el libro 'El Huevo' (Planeta) de Sandra Plevisani, estas son las razones por las que debes olvidarlos.
1. Aumento de peso. Nada más erróneo en un alimento que principalmente tiene proteínas, es bajo en calorías y produce gran cantidad de energía indispensable para el cuerpo.
2. Solo se debe comer la clara del huevo. Otro error generalizado; la yema del huevo contiene también gran cantidad de proteínas, vitaminas y aporta más minerales que la propia clara.
3. El colesterol de la yema hace daño Si bien la composición de la yema es alta en lípidos, la mayoría de estos son más bien favorables para transportar la grasa dañina al hígado y disolverla.
4. Aumenta el riesgo cardiovascular. Como se dijo anteriormente, los huevos contienen grasas saludables que más bien permiten un mejor funcionamiento del sistema sanguíneo.
5. El huevo crudo es más provechoso que el cocido. El contenido proteico es similar; más bien, se recomienda cocer el huevo para evitar el contagio de la salmonelosis y para que la clara, al coagularse, pueda ser digerida mejor por los jugos digestivos.
6. El color de los huevos indica diferentes nutrientes Falso; los huevos rojos, pardos y blancos tienen la misma proporción de nutrientes, y solo se diferencian por la pigmentación, debido a la raza de las gallinas que los han puesto.