Se dice que las mejores decisiones se han tomado bebiendo café. Pensamiento que debería alentar al Perú a consumirlo más, considerando que es el segundo país productor de café orgánico en el mundo. No obstante, solo ingerimos un promedio de 0.65 kilogramos de café por persona al año. Esto tal vez por los mitos que aún se tejen en torno a esta bebida, acusada de adictiva y dañina para los huesos.
Para despejar dudas y conocer sus beneficios reales, conversamos con el reconocido productor cafetalero de Chanchamayo de la marca Coopchebi–Red, Félix Marín Ludeña.
Hay varios mitos relacionados con el café, incluso que hace daño a la salud y es adictivo, ¿esto es cierto?
Falso. La Organización Mundial de la Salud niega que sea una bebida adictiva. Tomarla a diario es un tema de costumbre o constancia, no de dependencia. También se dice que hace daño a los huesos, que deshidrata o provoca acidez estomacal, si lo tomas en grandes cantidades. Todos son mitos. Eso solo ocurre con cafés de mala calidad. Un buen café, por el contrario, ayuda a prevenir el desarrollo de varias enfermedades, como cirrosis, diabetes, cáncer de colon y mama. Además, protege contra enfermedades neurodegenerativas, llámense alzhéimer o párkinson.
¿Qué contienen los cafés de mala calidad que afectan el organismo?
Algunos, al no ser cosechados, secados y procesados correctamente, traen consigo granos infectados con hongos de ocratoxina, que afectan a la persona. También son dañinos los aditivos que se usan para convertir el café en producto instantáneo.
¿Un café orgánico es más costoso que los industrializados?
No, tienen el mismo precio. Lo que pasa es que las grandes marcas han llenado el mercado de productos procesados, hechos con granos de café de mala calidad. A esto hay que sumarle la falta de educación del público respecto al consumo de un buen producto. Al final, los productores somos los más perjudicados.
Entonces, siendo un país de productores de café, no consumimos una bebida de calidad. ¿Qué podemos hacer?
El público ahora puede comprar café directo a los productores, garantizando así la calidad y el pago de un precio justo. Lo puede hacer a través de llamadas, WhatsApp, correos, incluso con aplicaciones de entrega a domicilio. Solo es cuestión de buscar y darse la oportunidad de tomar un café de verdad, lleno de beneficios.
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