Cuando se trata de ejercicio, es más fácil asumir que más es mejor. ¿Pero eso es realmente bueno? No todo el tiempo. “Hay un punto de rendimientos decrecientes en el que hacer más ejercicio no generará más beneficios, por lo que a veces hacer menos es mejor”, comenta Pete McCall, fisiólogo del ejercicio y autor de Ageless Intensity: High Intensity Workouts to Slow the Aging Process. De hecho, los fisiólogos del ejercicio y los psicólogos deportivos descubren cada vez más que tomarse un día libre puede hacer muchas cosas buenas para tu cuerpo y tu psique.
El nuevo Nivel de recuperación diaria en Fitbit Premium puede ayudarte a comprender si tu cuerpo se encuentra realmente listo para un entrenamiento desafiante o si necesitas más tiempo para descansar. He aquí por qué está bien tomarse ese descanso, además de algunos consejos sobre cómo reconocer cuándo lo necesitas.
El yin y el yang del ejercicio
Nadie discutiría que una carrera larga o un entrenamiento HIIT son buenos para el corazón, la mente y los músculos. Pero eso no significa que debas hacerlo todos los días. Por beneficioso que sea, el ejercicio ejerce mucha presión sobre tu cuerpo, poniendo a prueba tus músculos, articulaciones, tendones y huesos, añade McCall. Y eso no es todo, demasiado ejercicio también puede causar inflamación que puede agotar tu estado de ánimo, energía y salud inmunológica.
Sentir que necesitas ir al gimnasio o a la pista todos los días tiene otra desventaja: el estrés psicológico. Hay una diferencia entre decirte a ti mismo “Tengo que hacer mi carrera y quiero hacer mi carrera’”, menciona Greg Dale, PhD, director del programa de psicología y liderazgo deportivo de la Universidad de Duke. “Si siempre sientes que el ejercicio es algo que tienes que hacer, es una señal de que necesitas tomar un descanso”.
También hay otras pistas, como dolor muscular fijo, una frecuencia cardíaca elevada que no vuelve a la normalidad unas pocas horas después del ejercicio o una caída en la variabilidad de la frecuencia cardíaca, indica McCall. “Pero el signo revelador número uno es que tienes problemas para conciliar el sueño a pesar de que te sientes agotado físicamente”, finaliza.
Un acto de equilibrio
Entonces, ¿cuánto ejercicio es suficiente y cuánto es demasiado? Hay días en los que solo necesitas tomar un descanso por completo para permitirte alejarte emocional, física y mentalmente”, menciona Dale. “Es una forma pequeña en la que puedes tener algo de equilibrio en tu vida”.
Ese descanso mental puede tener otras ventajas. Según un estudio de Journal of Health Psychology de 2019, los atletas recreativos que tenían menos probabilidades de pensar en hacer ejercicio cuando se encontraban fuera del campo, eran menos propensos a lesionarse que aquellos que no podían desconectarse emocionalmente. También tenían más energía mental y dormían más profundamente.
Encontrar tu punto indicado
Si bien la cantidad ideal de días de ejercicio varía de persona a persona, McCall recomienda dividir tu actividad física semanal en tres niveles diferentes de la siguiente manera.
- 2 a 3 días a la semana: Realiza tus entrenamientos más duros, donde está resoplando hasta el punto de quedarte sin aliento.
- 2 a 3 días a la semana: intenta hacer ejercicio de ligero a moderado, como una carrera corta de recuperación, una caminata o una caminata larga. Deberías estar respirando más rápido de lo normal, pero no sin aliento.
- 1 o 2 días a la semana: piensa en actividades ligeras que no sean ejercicio, como trabajar en el jardín, limpiar la casa o jugar con sus hijos.