Olvídate de las lamentaciones y no te martirices diciéndote por qué la otra persona lo tiene todo. Más bien analiza qué te hace falta para alcanzar el éxito. Foto: iStock.
Olvídate de las lamentaciones y no te martirices diciéndote por qué la otra persona lo tiene todo. Más bien analiza qué te hace falta para alcanzar el éxito. Foto: iStock.

Las repercuten seriamente en tu calidad de vida, por eso tienes que aprender a darles la vuelta y transformarlas a tu favor. “No es una tarea difícil o imposible de hacer, solo necesitas mantener la calma, darte tu tiempo para pensar y visualizar un abanico de soluciones”, señala el psicólogo y psicoterapeuta Walter Hinojosa.

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¿Qué emociones puedes cambiar a tu favor? A continuación te lo decimos:

LA ENVIDIA. Olvídate de las lamentaciones y no te martirices diciéndote por qué la otra persona lo tiene todo. Más bien analiza qué te hace falta para alcanzar el éxito y trabaja en ello. No tienes que superar a nadie, tu única competencia eres tú misma.

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LA IRA. Los problemas están a la orden del día y no por eso lanzarás rayos y truenos por tu camino. Mejor redirecciona esa gran energía a practicar alguna actividad o deporte que te guste. En ocasiones, la ira es el combustible que necesitamos para avanzar con fuerza.

LA TRISTEZA. ¿Crees que es justo pasar tus días llorando o encerrada en tu cuarto? Utiliza esa melancolía para impulsar tu creatividad. Empieza a escribir un poema o una canción, o tal vez inscríbete en un nuevo curso, por ejemplo, de cocina o de algún tema que te interese.

LA CULPA. De nada sirve que te preguntes y repreguntes por qué hiciste tal cosa. Acepta tu error y hazte responsable de tus actos. Esto hará que refuerces tus valores y seas más cuidadosa la próxima vez en todo lo que hagas.

EL PESIMISMO. ¿Eres una ‘anticipadora de desgracias’? Si ya sabes que algo no saldrá bien, entonces dale un giro a lo que estás haciendo y repoténcialo. Ve cuáles son sus puntos débiles y mejóralos. Tampoco se trata de que te vuelvas la persona más optimista del mundo de la noche a la mañana.

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