Es muy común que, durante su proceso de desarrollo, los bebés y los niños se golpeen en diferentes partes del cuerpo, entre ellas la cabeza, especialmente al aprender a caminar. Sin embargo, estos constantes golpes son un gran motivo de preocupación entre los padres, debido a que puede ser difícil determinar cuándo es momento de acudir a un establecimiento médico de emergencia.
Luis Florian Tutaya, docente de pediatría y neonatología de la Universidad Norbert Wiener, explica que cerca del 90% de los golpes en la cabeza no tienen consecuencias relevantes, pues los serios son poco frecuentes.
“Los golpes más peligrosos tienen relación con la distancia entre la cabeza del niño y la superficie contra la que se golpea. Se toma en cuenta la velocidad, el impulso, el tamaño de la persona y el tipo de superficie contra la que se golpea y, dependiendo de la gravedad, pueden generan un hematoma superficial, conocido como ‘chichón’, o heridas superficiales en el cuero cabelludo hasta la exposición de los órganos del cráneo, insuficiencia respiratoria e incluso la muerte”, comentó Luis Florián.
El especialista brindó cinco signos de alarma a los que los padres deben prestar atención y, en caso de presentarse, buscar atención médica de emergencia:
- Pérdida de conocimiento: Si el menor sufre un desmayo, se presenta confundido o desorientado, puede significar que el accidente fue más que un simple golpe.
- Dolor de cabeza persistente: Si el dolor por el golpe no disminuye con el tiempo e incluso es cada vez más fuerte, lo mejor es acudir al médico.
- Desequilibrio: Pérdida de estabilidad, equilibrio o la incapacidad de mantenerse en pie por sí mismo también son signos de alarma que ameritarían acudir a un centro de salud.
- Cambio de humor: Un cambio repentino de humor y pérdida de la memoria también son un indicio claro de que lo más recomendable es trasladarlo de emergencia.
“Lo primero es observar si hay sangrado en la zona, luego verificar que no haya pérdida de conocimiento y, si el niño no puede movilizarse, evitar intentar moverlo. Si el menor luego del golpe llora, está alerta, te responde y se mueve con normalidad, solamente debe observarlo”, agregó Florian.
El especialista indicó que ante un accidente es imprescindible que los adultos mantengan la calma y recuerda que, para los casos que no son considerados una emergencia, es mejor llamar primero al pediatra y seguir sus recomendaciones.