Después de una ruptura caótica, muchos sentimientos giran alrededor de los involucrados. Uno de ellos y quizás el más peligroso es el despecho. Aunque sea una emoción natural del ser humano, el problema surge cuando se realizan acciones a partir de él, que casi siempre terminan en largos arrepentimientos.
El psicólogo Ítalo Arrúe señala que querer herir a alguien, que en su momento se amó, revela una conducta altamente tóxica. “Por despecho se pueden hacer muchísimas cosas, desde desprestigiar a la expareja, acosarla o hasta iniciar una nueva relación a los pocos días de la ruptura. Solo piensan en ‘vas a sufrir como yo estoy sufriendo’. No interiorizan que esa conducta perjudica su propia salud mental”, revela Arrúe.
Aclara también que actuar cegado por el rencor trae consecuencias negativas e irreparables en la mayoría de casos. “Aunque en el momento crean sentirse bien, lo cierto es que toda acción realizada bajo la premisa del dolor, venganza o ira, jamás llegará a buen puerto. Las consecuencias se verán a corto plazo y en su mayoría no hay vuelta atrás”, explica el psicólogo ítalo Arrúe, experto en salud mental.
En estas situaciones, Arrúe recomienda tomarse un tiempo para procesar el duelo de la ruptura y canalizar esa sed de venganza en actividades que aporten a su bienestar emocional.
DATITO A TENER EN CUENTA
El despechado o despechada consigue la atención de la otra parte y va formando un sentimiento de culpa en ella. Cree que así la hiere. Sin embargo, a veces el despecho no solo lleva a hacer daño al otro, sino también a uno mismo.
¿Por qué fracasan las relaciones de pareja de hoy?
Cada vez son más las parejas que se separan o divorcian al poco tiempo de jurarse amor eterno. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué las parejas se separan tan rápido hoy en día? ¿Se terminó el amor o el compromiso?
El psicoterapeuta y psicólogo Walter Hinojosa señala que las causas de la separación pueden ser muchas. Una que se ve con más frecuencia está relacionada con la necesidad de las personas de llenar sus vacíos emocionales con sus parejas. Cuando sienten que ya ‘no son felices’, simplemente dan un paso al costado en la relación, en lugar de intentar salvar algo del amor que se juraron en algún momento. Esto también se resume en una falta de compromiso.
“También sucede por la presión social. La familia y los amigos muchas veces insisten diciendo que: ‘ya es hora de casarte’, ‘se te va el tren’, ‘no la pienses tanto’ o ‘es ahora o nunca’. Está mal tomar una decisión basándose en la opinión de los demás. También esto sucede cuando se inicia una relación cuando aún no se ha superado la anterior ruptura amorosa, tal vez simplemente se ‘junta’ con otra persona por venganza (un clavo saca otro clavo) o por demostrar que ya superó la experiencia anterior. Lo cierto es que al final, tú eres él o la que se compromete a vivir con tu pareja. Por eso, ambos deben conversar y juntos saber si realmente quieren unir sus vidas”, aconseja el especialista.
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