Comerse las uñas o los pellejitos, en muchos casos, es solo un mal hábito en momentos de tensión o nerviosismo. Sin embargo, hacerlo compulsivamente sí representa un problema más serio. Esta manía se llama onicofagia y está ligada a cuadros de ansiedad, estrés, pánico, depresión y hasta bullying.
El psiquiatra Carlos Muñoz explica que a pesar de que la persona sepa que es antiestético y que puede desarrollar graves problemas de salud, como infecciones y afecciones dentales, no puede dejar de comerse las uñas porque hay un trasfondo psicológico girando alrededor.
“La principal causa de esta conducta compulsiva suele ser la ansiedad, porque la mente necesita alternativas para calmarse, y la simple acción de morder la uña o el pellejo alrededor de esta otorga esa sensación de placer y tranquilidad”, indica Muñoz.
El especialista añade que el primer paso para abandonar este hábito es identificar los momentos donde se las muerde, así sabrá si es por estrés, nervios, tristeza o rabia, y junto a un profesional de salud mental puedan atacar el problema de raíz.
“Morderse las uñas, al igual que jalarse el cabello o comer compulsivamente es solo la punta del iceberg. Hay graves problemas emocionales detrás”, explica.
DATITO
Morderse las uñas y padrastros podría desencadenar graves infecciones en el organismo. La más conocida es la paroniquia, infección que hincha los dedos y produce pus.
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