Uno de cada cinco niños, aproximadamente, padece dolores de cabeza recurrentes, aunque raras veces se encuentra una causa física importante.
Los niños se quejan de dolor de cabeza más frecuentemente después de estar en un cuarto caliente sin ventilación, por falta de sueño, bebida o comida, si están preocupados o ansiosos por algo o si tienen fiebre por una enfermedad o una infección viral.
Sin embargo, se dan casos en los que sí debemos tomar atención y hacerle seguimiento. Por ejemplo, cuando el dolor llega acompañado de fiebre superior a los 38°C, hay rigidez de nuca, confusión, vómitos o cambios visuales, pues esto indicaría algo más grave, como una encefalitis o meningitis. De ser así, necesita ir a la emergencia.
¿Cómo ayudarlo en casa?
Para cerciorarse, pregúntele a su niño si tiene dolor en otra parte del cuerpo, pase sus manos por sus mejillas, mandíbula y oídos para ver si el dolor es por una sinusitis, dolor de oído o de muelas. Mídale la temperatura, pues el dolor de cabeza y la fiebre pueden ser signos tempranos de enfermedades infecciosas o virales, como sarampión o gripe. Mire si tiene alguna lesión en la cabeza producto de una caída.
Para un dolor leve, acuéstelo en una habitación tranquila y oscura por media hora. Si el dolor persiste, dele una dosis única de jarabe de paracetamol para el alivio temporal y hágale seguimiento.
Datito
Si su hijo se queja de dolor de cabeza al final de un día de colegio, dele una bebida con una merienda y procure que salga y juegue al aire libre.