El es una estructura que deriva de la médula espinal y tiene como función ejecutar movimiento a los músculos inferiores del cuerpo y recibir la información sensorial. Sin embargo, muchas veces este nervio genera dolor pues se comprime por diversas causas como una hernia discal o una contractura muscular.

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Este malestar está asociado a la lumbalgia, una patología muy frecuente entre la población y que produce molestias y dolores. Se calcula que, aproximadamente, el 80% de la población sufrirá este tipo de dolor en algún momento de su vida. Las embarazadas, personas con sobrepeso o aquellas que trabajan habitualmente cargando pesos son las más propensas a padecer estas molestias.

“Dependiendo de la causa y su nivel de complejidad, el tratamiento puede ser a través de medicamentos, fisioterapia o quirúrgico. La duración del dolor también depende del origen. Por ejemplo, si se trata de una contractura muscular, el dolor podría aminorar hasta en dos semanas”, comentó Pedro Albornoz, docente de la carrera de Fisioterapia y Rehabilitación del Instituto Carrión.

Sin embargo, hay ciertas acciones o rutinas que podemos hacer en casa para contribuir a descomprimir el nervio. Por ello, Albornoz nos enseña cinco ejercicios que puedes hacer en casa para aliviar el dolor del nervio ciático:

  • La persona, acostada boca arriba, flexiona las caderas y las rodillas y las abraza hacia su abdomen. Esta posición se debe mantener entre siete y 10 segundos sin contener la respiración.
  • El paciente, acostado boca arriba, flexiona una pierna y una cadera y con la mano opuesta lleva la pierna hacia ese mismo lado, sintiendo estiramiento al nivel de la zona de los glúteos.
  • La persona, sentada en una silla, coloca un tobillo sobre el muslo opuesto, manteniendo la espalda recta. Una vez en esta posición, debe apoyarse sobre la pierna que está en el suelo y sentir un estiramiento en la zona de los glúteos.
  • El paciente en posición bípeda apoya ambas manos sobre la pared y, con una pierna hacia adelante y una pierna hacia atrás, inclina su tronco hacia adelante sin despegar los pies de su posición. Se debe sentir un estiramiento en la zona posterior de la pierna, lo que es un indicador de que el ejercicio se está haciendo bien.
  • La persona, acostada boca arriba y con el apoyo de una sábana, levanta la pierna hacia arriba y tira de las sábanas con las dos manos para poder estirar los músculos posteriores del muslo.

Por otro lado, el especialista del Instituto Carrión comentó que existen ciertos hábitos como el sedentarismo, la falta de flexibilidad, el sobrepeso y la carga inadecuada de peso activo que pueden generar una mala postura y, por lo tanto, afectar el trayecto del nervio ciático.

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