
A lo largo del tiempo, los gatos negros han sido víctimas de supersticiones que han afectado su adopción y bienestar.
Como veterinario, veo de cerca cómo estos mitos han generado prejuicios infundados, provocando que muchas personas los eviten.
Sin embargo, desde la ciencia y la medicina veterinaria, no hay ninguna razón para considerar a un gato negro diferente a cualquier otro felino.
El color de su pelaje es resultado de la genética, específicamente de la melanina, la misma que influye en la pigmentación de otros animales y humanos.

No hay evidencia que relacione su comportamiento o salud con su color.
De hecho, estudios sugieren que los gatos negros pueden tener una mayor resistencia a algunas enfermedades, gracias a su genética.
Más allá de las supersticiones, los gatos negros son compañeros afectuosos, inteligentes y con el mismo derecho a ser amados que cualquier otro.
