En los últimos 60 años se ha producido un aumento de la esperanza de vida; a esto también el incremento progresivo de la población de edad avanzada.
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Esto ha traído como consecuencia el estudio de muchas enfermedades asociadas con los estilos de vida; haciendo que cada vez se tomen mayores medidas hacia la tercera edad en mejorar su calidad de vida asociada a una buena alimentación, hábitos saludables, salud mental y actividad física.
La alimentación influye directamente sobre el estado de salud, no sólo por lo que un buen estado nutritivo representa con respecto a una menor mortalidad, sino también por lo que supone en cuanto a prevención de numerosas enfermedades e incapacidades frecuentes en los las personas de la tercera edad.
Aunque la relación entre nutrición y salud es incuestionable, es en la tercera edad cuando los planteamientos nutricionales en cuanto a requerimientos cambian.
Aquí la alimentación debe mejorar, pero lamentablemente la malnutrición es uno de los problemas clínicos más frecuentes entre la población de la tercera edad y hoy son un reto en la Medicina Preventiva, no solo queremos vivir más años, debemos vivir mejor y disfrutar de ello.
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