Te entusiasmas al máximo con alguna actividad y luego la dejas porque no tienes resultados rápidos. Para la coach emocional, Angie Palomino, esto sucede porque estamos acostumbrados a obtener el placer inmediato y cuando no vemos avances, abandonamos o postergamos esa tarea.
Además, a ello se suma que no estamos haciendo aquello que realmente nos gusta. “Queremos que todo vaya bonito y rápido, pero no reconocemos que detrás de una meta alcanzada hay trabajo, esfuerzo y dedicación”, señala la experta.
DIFERENCIA
Si pese a que elaboras tu plan para alcanzar tus metas e igual te desmotivas en el camino, puede que el problema sea otro (depresión, trastorno de personalidad o melancolía). En ese caso, visita un especialista, pues con terapia y/o medicación puedes superar ese estado.
¿CÓMO MOTIVARTE?
- Sincérate. Evalúa lo que estás haciendo y pregúntate si es realmente lo que quieres.
- Arma tu plan. Escribe qué debes hacer para llegar a tu meta.
- Visualiza. Pega en tu cuarto tus objetivos y míralos todos días.
- Metas posibles. Trázalas de acuerdo a tus posibilidades y habilidades.
QUÉ TE PARALIZA
- Miedo a que te vaya mal. Eso no te permite avanzar. Desafía a tus miedos y ¡transfórmalos!
- Pensamientos limitantes. Si crees que tener dinero es malo inconscientemente te alejaras de él.
- Falta de control de tu vida. Cuando responsabilizas a los demás de lo que te sucede, pierdes el control de tu vida y le entregas las riendas a cualquiera de ellos.
- Las excusas. Enumerar razones para liberarte de una obligación o responsabilidad impide que algo se concrete.
- Falta o pérdida de motivación. Es posible que estés motivado al principio, pero si esa motivación no está bien afirmada, perderás las ganas en el camino.
Una de las causas es la costumbre de querer resultados inmediatos
Agradecimiento: angieniria@hotmail.com
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