La sobreprotección de los padres puede tener varios efectos negativos en los hijos. Cuando los padres toman todas las decisiones por ellos o controlan todo en su vida, los adolescentes no aprenden a ser independientes ni a enfrentarse a los problemas por sí mismos. Esto puede hacer que tengan baja autoestima, porque no sienten que pueden lograr cosas por su cuenta.
La psicóloga Massiel Martel de la ONG Siembra, dice que cuando hablamos de una “mamá helicóptero” hacemos referencia a una madre que está exageradamente involucrada en la vida de sus hijos. Ya sea supervisando sus actividades, decisiones e incluso sus sentimientos y emociones de manera constante. Suelen ser muy atentas a cada detalle, interviniendo para solucionar los problemas y controlar su entorno.
La figura de las madres helicóptero suele darse con mayor frecuencia durante la etapa de la adolescencia. Pueden llegar a ser tan sobreprotectoras con sus hijos que buscan asumir responsabilidades que deberían corresponderle a los hijos.
Por ejemplo, una madre helicóptero podría querer decidir qué carrera estudiar a su hijo, sin tener en cuenta sus propios intereses. Además, podría revisar constantemente su celular para controlar con quién se comunica.
La adolescencia es una etapa muy importante en el desarrollo de los jóvenes. A menudo, los padres caen en la sobreprotección debido al temor de que sus hijos puedan salir lastimados, ya sea de manera física o emocional.
Características de la mamá helicóptero
● Sobreprotección: Busca evitar que su hijo experimente cualquier tipo de frustración, dolor o fracaso.
● Intervención constante: Suele involucrarse en cada decisión de su hijo, incluso en las más pequeñas.
● Control excesivo: Le gusta tener todo bajo control, desde sus actividades hasta sus amistades.
● No permite la independencia: No deja que el hijo desarrolle autonomía, ya sea para hacer tareas por sí mismo o para tomar decisiones.
Daños que podría causar a su hijo durante el crecimiento:
La sobreprotección de los padres puede tener varios efectos negativos en los hijos. Cuando los padres toman todas las decisiones por ellos o controlan todo en su vida, los adolescentes no aprenden a ser independientes ni a enfrentarse a los problemas por sí mismos. Esto puede hacer que tengan baja autoestima, porque no sienten que pueden lograr cosas por su cuenta. Además, la presión constante para cumplir con lo que sus padres esperan de ellos puede generar mucha ansiedad y estrés. Asimismo, puede ser difícil para ellos interactuar con otros adolescentes o resolver conflictos sin la ayuda de sus padres, ya que no han tenido la oportunidad de practicar estas habilidades sociales.
Por último, si siempre tienen a los padres controlando todo, pueden llegar a pensar que el mundo está bajo su control y no saben cómo manejar la incertidumbre o la frustración. Es muy importante que los padres encuentren un equilibrio, dando espacio para que sus hijos aprendan a enfrentar los desafíos por sí mismos.
¿Por qué es importante que la madre sobreprotectora acuda a terapia?
Sí, sería muy beneficioso que una madre sobreprotectora considere la terapia. Esto no solo puede ayudarla a entender el origen de su sobreprotección, que muchas veces está relacionada con su propia ansiedad o miedos, sino también a encontrar maneras más saludables de fomentar la independencia y el bienestar de su hijo. La terapia puede ayudarle a reconocer los límites entre cuidado y control, ayudando a construir una relación más equilibrada con su hijo.
¿Cómo son los niños que tienen una mamá helicóptero?
Los niños que crecen con una mamá sobreprotectora, conocida como “mamá helicóptero”, suelen tener dificultades para sentirse seguros de sí mismos, ya que no han tenido muchas oportunidades para tomar decisiones por su cuenta. Esto puede hacer que dependan mucho de su mamá para resolver problemas, incluso cuando ya son más grandes. También les puede costar manejar la frustración, porque al haber estado tan protegidos, no han aprendido a lidiar con los retos o errores. Como resultado, su autoestima puede verse afectada, ya que al no enfrentar desafíos por sí mismos, pueden dudar de lo que son capaces de lograr. Aunque la intención es cuidar y proteger, es importante permitir que los niños experimenten, tomen decisiones y enfrenten retos, ya que esto les ayuda a crecer con confianza y seguridad.
Características de hijos con madres sobreprotectoras
Los niños que crecen con una mamá muy controladora suelen tener poca independencia. Aprenden a portarse como ella espera, pero les cuesta actuar por sí mismos. Si la mamá siempre les soluciona los problemas o les dice qué hacer, no logran desarrollar habilidades importantes como resolver conflictos o manejar sus emociones. Esto puede hacer que, al crecer, tengan dificultades para tomar decisiones importantes en su vida.
¿Cómo puede ayudar el padre para evitar que la mamá sea tan sobreprotectora?
El papá puede ser de gran ayuda para evitar que la mamá sea tan sobreprotectora. Puede apoyar a su hijo permitiéndole tomar decisiones y resolver problemas por sí mismo, lo que le ayudará a ser más independiente. También es importante que converse con la mamá y juntos reflexionen sobre la importancia de que el niño enfrente desafíos y aprenda de ellos, buscando un equilibrio en la crianza.
El papá debe mostrar una postura más calmada, que permita al niño darle la seguridad necesaria para enfrentarse a los diversos desafíos. Lo ideal es que ambos padres trabajen en equipo, manteniendo una comunicación efectiva para encontrar un balance y ayudar al niño a crecer con seguridad y autonomía.
Consejos de la especialista:
● Permitir que el niño tome decisiones diarias: Darle la oportunidad de elegir entre opciones simples, como qué ropa ponerse o qué comida llevar, para desarrollar su autonomía.
● Asignar pequeñas responsabilidades: Delegar tareas adecuadas a su edad, como recoger sus juguetes o ayudar a poner la mesa, para que aprenda a ser independiente.
● Evitar intervenir de inmediato ante problemas menores: Si el niño tiene un conflicto con un amigo o dificultad con una tarea, permitirle intentar resolverlo antes de intervenir.
● Validar sus emociones sin resolverlas por él: Cuando el niño esté frustrado, reconocer sus emociones con frases como “Entiendo que esto te molesta, ¿qué crees que podrías hacer al respecto?” en lugar de darle la solución directamente.
● Establecer reglas claras y consistentes: Definir límites firmes pero flexibles, explicándole las razones detrás de las normas para que las entienda y respete.
● Cuidar el lenguaje: Evitar frases como “No puedes hacerlo solo” o “Déjame hacerlo por ti”, ya que pueden reforzar la inseguridad. En su lugar, usar afirmaciones positivas como “Confío en que lo lograrás”.
● Practicar la escucha activa: Darle un espacio para expresar cómo se siente y validar sus emociones sin juzgar.
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