El pasado 12 de noviembre, doña Cristina Vela Villanueva cumplió 101 años y a la hora de soplar las velitas pidió como deseo que Perú clasificara al Mundial Rusia 2018. Tres días después, su sueño fue cumplido porque la selección hizo un partido histórico y ganó su pase a esa competencia internacional.
‘Kinina’, como le dicen de cariño en casa, tiene seis hijos, 25 nietos, 36 bisnietos y un tataranieto y nos cuenta cómo vivió la victoria al lado de quienes más quiere.
Doña ‘Kinina’, ¿cómo vivió el partido de repechaje en Lima?
Muy emocionada al lado de mis nietos, bisnietos y sobrinos en mi casa de la urbanización Santa Isabel en Carabayllo.
¿Y qué le parece que el Perú haya clasificado al Mundial Rusia 2018?
Estoy contenta, he visto todos los partidos por televisión y estoy feliz, es más, antes de este partido dije que Perú ganaría 2-0.
Entonces usted acertó, ¿no dudó ni un minuto?
No, porque confío mucho en la selección, y los chicos lo merecían por todo el esfuerzo que han hecho.
¿Cuántas veces vio al Perú ir a un Mundial?
Uyyy, varias veces. He visto a mi selección en México 70, Argentina 78 y España 82. Después hubo una sequía, pero ahora estamos de vuelta en Rusia 2018. ¡Qué alegría!
¿Y cuál recuerda con más cariño?
El de este año, porque la alegría de mis hijos y nietos nadie me la borrará de mi mente, además fue un deseo cumplido.
¿Por qué?
En mi cumpleaños pedí que Perú vaya al Mundial y se me cumplió y por eso estoy muy contenta.
¿Y por qué le gusta tanto el fútbol?
Bueno, yo no soy experta ni sé de jugadas, pero lo que más me gusta es alentar, ponerme mi camiseta y decir ‘¡Que viva el Perú!’. Además de ver a toda mi familia reunida alentando al país.
¿Y cuál es el secreto de vivir tantos años?
Ser una persona tranquila, trabajadora y comer cuy al estilo Celendín, como se hace en mi tierra natal Cajamarca. Yo siempre he sido comerciante, desde que llegué a Lima en 1960 comencé a vender mis abarrotes en una tienda que abrí en la casa de mi hermano en el Rímac, así saqué adelante sola a mis seis hijos, recuerdo que el mayor tenía 21 años y el último un añito.
¿Y ahora cómo pasa sus días?
Tengo una lesión en el fémur que no me permite caminar ni estar parada por mucho tiempo, por eso me desplazo en andador, pero yo misma me atiendo, almuerzo, voy al baño y leo mi Trome todos los días sin lentes (risas). Además de cantar mis pasillos y yaravíes que tanto me hacen recordar a mi tierra.
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