La encantadora y sensual Karen Dejo sigue soltera pero no le cierra las puertas al amor. Solo pide que el hombre que le robe el corazón entienda la devoción que le tiene a Mía, su hija y razón de vivir.
El amor...
Mi hija Mía Ariana.
Una pasión...
El baile.
Un deseo...
Tengo varios, un programa de televisión, mi casa y un lindo esposo.
¿Estás enamorada?
No.
La familia...
Mi hija y mi madre.
Una ciudad en la que te gustaría vivir.
Mi Lima, pero si más adelante encuentro un hombre que me dé seguridad, me iría a vivir al extranjero con mi hija.
Tu peor temor...
Quedarme sin trabajo, me perturba y me pone ansiosa.
‘El Gran Show’...
La perfecta vitrina para mostrar mi danza, quiero ganar.
¿Cómo te ves en 15 años?
Joven (risas), bella, con mi hija bien logradita, estudiando en el extranjero, cosa que yo no pude hacer.
¿Recibes apoyo del padre de tu hija?
Gracias a Dios, sí.
¿Has pensado en tener más hijos?
Sí, pero no me gustaría tenerlos con otro hombre.
¿Entonces con quién si no es el padre de tu hija?
No estamos juntos, pero siempre he dicho que si tengo más hijos, sería con él. Aunque la vida nos cambia.
¿Y si encuentras el amor?
Me gustaría que sea padre, porque solo así entendería que a los hijos hay que darles tiempo, además tendría que querer a mi hija.
¿El físico importa?
Importa pero no es lo único que busco, hay otras cosas. Lo físico cambia con el tiempo y queda lo que eres como persona.
Si no fueras artista...
Sería abogada, administradora o decoradora de interiores.
A tu hijita le enseñas a...
Ser solidaria, respetuosa, a compartir y a tener confianza en su mamá.
¿Qué te gusta más de ti?
Mis piernas, mi derriere, mis cejas y ojos.
Tus zapatos preferidos...
Los tacos muy altos.
Tu look para discoteca.
Mujer fatal. Superfemenina, muy delicada.
El baile...
Es una herramienta que utilizo para sentirme más mujer y disfrutar.
La televisión...
Es mi vida y voy a morir haciendo televisión.
¿Qué programa te gustaría tener?
Nocturno, muy pícaro, con entrevistas y música.
Lo que más te molesta...
El sensacionalismo. Que ahora te paguen para un “chonguito” mediático.
¿Has cobrado por un “banner”?
Gracias a Dios, no. He rechazado la plata.