Es cierto que la mamá es esencial en la vida de un niño, pues es quien, por lo general, demuestra su amor con palabras y atiende a los hijos, pero los papás también lo son en igual medida, ya que dan confianza, seguridad, protección y ayudan a los menores a tener una buena autoestima.
“El padre representa a la persona que todo lo puede y todo lo sabe. El solo hecho de estar presente en la familia y en los asuntos de sus hijos, así esté separado de su esposa, hace que los niños se sientan seguros y queridos”, afirma Sarela Quiroz, del Centro de Terapias Integrales ‘Yo Puedo’.
Agrega que la presencia del padre en el hogar afecta de manera distinta en cada hijo dependiendo del sexo:
EL NIÑO
El padre le permite una identificación psicosexual al hijo, es decir el niño se da cuenta de que son del mismo género y empieza a imitarlo. Así el papá se convierte en el modelo de lo que el menor quisiera ser de grande. Si ve que su papá escucha, orienta y protege querrá hacer lo mismo cuando tenga su propia familia.
LA NIÑA
Para la hija, el padre es su figura protectora y el modelo de hombre que buscará como pareja. Si ve que su papá es sensible con su mamá, ella también buscará a alguien con esas características.
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